A la memoria de Julio Trujillo
Ante el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el pasado domingo en el Zócalo Claudia Sheinbaum encendió los alaridos del respetable cuando, refiriéndose a nuestra relación con Estados Unidos, señaló: “México es un país libre, independiente y soberano. Y como lo he dicho: nos coordinamos, colaboramos, pero nunca nos subordinamos”.
Al escucharla, el cartujo recordó aquella carta del 30 de mayo de 2019 enviada por López Obrador a Trump, quien amenazó con aplicar aranceles a los productos mexicanos “hasta que se resuelva el problema de la inmigración ilegal”. “Los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas”, le escribió AMLO, agregando: “No está de más recordarle que, en poco tiempo, los mexicanos no tendrán necesidad de acudir a Estados Unidos y que la migración será opcional, no forzosa. (…) Nuestros paisanos podrán trabajar y ser felices donde nacieron, donde están sus familiares, sus costumbres y sus culturas”. Nadie le respondió, pero poco tiempo después la Guardia Nacional se desplegó para contener las peregrinaciones hacia el sueño americano. Trump se puso feliz y el 3 de julio de 2019 publicó en Twitter: “México está haciendo un trabajo mucho mejor que los demócratas en la frontera. ¡Gracias, México!”
Por el humanismo mexicano, miles de compatriotas —por la pobreza, la inseguridad y la violencia— han continuado su éxodo al “norte”, abandonando propiedades y querencias por el deseo de sobrevivir. Ahora, cuando el déspota regresa recargado al poder y el demagogo vive tranquilo en su bien fortificado rancho, Sheinbaum haría bien en dejar a un lado las consignas patrioteras, celebradas hasta la ignominia por los profesionales de la lambisconería, y tal vez reflexionar en las palabras de John R. Bolton, ex asesor de seguridad nacional de Trump, citadas este viernes por el enigmático Gil Gamés: “Ni a reyes ni a presidentes, ni a sus países, les sirve rodearse de aduladores y oportunistas. Los presidentes verdaderamente fuertes no temen a los asesores con opiniones firmes”.Eso sería digno de considerarse en estos días nublados.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.