El cartujo piensa en el asedio criminal a los migrantes, en especial a los indocumentados, por parte del gobierno de Donald Trump, también en las desapariciones forzadas y los asesinatos en México, en la zozobra cotidiana ante los despojos, los asaltos, el cobro de piso; piensa en el obligado éxodo de tantas personas de sus lugares de origen, y al hacerlo recuerda, una vez más, la falaz promesa del prócer: “Va a llegar un día durante mi gobierno que no van a ir mexicanos a trabajar a Estados Unidos, porque el mexicano a va a tener trabajo y va a ser feliz en donde nació”, le dijo en julio de 2019 a John Micklethwait, editor de Bloomberg. Lo había dicho antes y lo seguiría diciendo, como mantra, pretendiendo conjurar los ramalazos de la realidad, como hacen ahora sus chocarreros epígonos, bombardeando con tonterías cuando hay tantos problemas.
Por eso la ridícula pretensión de eliminar el uso de la toga en la SCJN —portada con orgullo por Benito Juárez, por cierto— y la preocupación de Ricardo Monreal por complacer al poderoso júnior de su movimiento. Para el líder morenista, escribió Salvador Camarena: “lo más relevante en las últimas jornadas es que llamen con un diminutivo al hijo de 39 años de un político. Hay prioridades, y la de Monreal no son las madres de los
desaparecidos, ni los desplazados por la violencia”. Su mayor afán es proscribir del santoral de la 4T el alias de Andy, a quien ahora llamaremos respetuosamente el Niño Guinda, tan parecido al Niño Verde, otro heredero de un partido político y amante de la buena vida, costeada por el erario.
El Niño Guinda —antes Andy— exprime el “legado” de su padre pero reniega de su presunta austeridad. Muchos recuerdan sus tenis Louis Vuitton de 800 dólares, sus fotografías en redes sociales navegando en yates de lujo o disfrutando la vida nocturna en los mejores antros de Nueva York, como informó el portal sin embargo en 2012. Con el tiempo, el Niño Guinda se hizo de novias de pasarela y comenzó a socorrer negocios de sus amigos, ahora sus sueños han crecido y su mirada está en la Silla del Águila. Dios nos ampare.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.