Un video exhumado con inicua oportunidad ocasionó un alud de burlas y ataques contra Juan Pablo Sánchez, hijo de Xóchitl Gálvez, quien cometió la tontería de involucrarlo en su campaña. Tiene 26 años y fue grabado una noche de desvarío alcohólico en abril de 2023, cuando tenía 25, a las puertas de un antro. Al difundirse el video en las redes sociales, le cayó el chamuco; no solo los moneros sino otros paleros del régimen se le fueron encima; tenían ganas de fregarle la vida, pero sobre todo de arrastrar a su mamá al callejón sin salida del descrédito y el silencio.
Pero surgió la voz de Beatriz Gutiérrez Müller, quien ha padecido irracionales agresiones contra su hijo Jesús Ernesto, solidarizándose con Juan Pablo, comprendiendo su error, llamándolo a la responsabilidad. Deslindándose de la moralina de quienes, al parecer, nunca han recorrido el excitante, aunque desde luego peligroso, camino de los excesos en el cual, lo sabía William Blake, tanto se puede aprender. La voz de la autora de Viejo siglo nuevo deshilachó el furor de los inquisidores, desdeñosos de la diferencia entre una borrascosa borrachera y el abuso de familiares de políticos y funcionarios del dinero público.
En un mensaje ejemplar, Gutiérrez Müller escribió en su cuenta de Facebook: “Un favor a los políticos en campaña y a sus equipos: jueguen limpio. Quizá es mucho pedir. Pero, como mexicana, rechazo que los familiares sigan siendo ‘daños colaterales’.
“Saludo y abrazo a Juan Pablo: como adulto, igual que yo, lo que tengas que corregir que te lo dicte tu propia conciencia, como debe ser. Que te vaya bien en la vida es mi deseo.
“Reciban todas estas víctimas mi solidaridad. ¡Basta!”
Claudia Sheinbaum siguió sus pasos, lamentó y afirmó no estar de acuerdo con la difusión del video. Dijo también: “la contienda es un asunto de propuestas, es un asunto de proyecto y de quienes participamos, pero no de los familiares”.
Una lección de calidad humana y civilidad de Beatriz Gutiérrez Müller, y una oportuna declaración de Sheinbaum marcando los límites de la disputa electoral. Ojalá lo entiendan los lambiscones.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.