El cartujo comienza el Año Nuevo entelerido por el frío y preocupado por las malquerencias dentro de la 4T, esa enmarañada creación del patriarca de Macuspana. Por si no fueran suficientes las amenazas de Donald Trump contra México, la nueva caravana de migrantes avanzando desde Tapachula hacia Estados Unidos, las cifras atroces de homicidios dolosos durante 2024, la violencia imparable en gran parte del país, los desplazamientos forzados de miles de personas, por si todo esto —y más— no fuera bastante, las disputas y sospechas en el corazón del humanismo mexicano ensombrecen aún más el horizonte y robustecen los temblores del nervioso monje.
El encontronazo de diciembre entre el técnico, pero mañoso, Ricardo Monreal y el rudo conde Adán Augusto López hubiera divertido a Salvador Novo, quien en su ensayo La decadente urbanidad dice quejumbroso: “en la política —como en la literatura— hace ya mucho que dejamos de presenciar un verdadero intercambio de piquetes de ojos y mordeduras de narices: de sabrosos insultos y de acusaciones contundentes”.
El autor de Letras vencidas también disfrutaría con los duelos carperos entre el caballeroso Gerardo Fernández Noroña y Lilly Téllez en el Senado de la República, aunque ellos pertenecen a partidos distintos y sus espectáculos no minan sino fortalecen la subsidiada belicosidad de la Cuarta Transformación.
Por fortuna, para gente como Novo, en el último mes del año se tambaleó la complicidad disfrazada de cortesía, cuando el gobernador de Tabasco, Javier May, acusó al secretario de Seguridad Pública de sus antecesores, Adán Augusto y Carlos Merino, de ser líder de un grupo ligado al CJNG y el mandatario chiapaneco Eduardo Ramírez le atizó una patada voladora en pleno rostro al flamante cónsul en Miami, su predecesor Rutilio Escandón, cuando dijo en Motozintla: “la delincuencia se apoderó de estos territorios debido a la falta de interés y deseo de hacer valer la ley. Ahora hay un gobernador con decisión y voluntad para proteger al pueblo”. Así se llevan, y esto apenas es el principio de una batalla campal de pronóstico reservado.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.