Un hombre de izquierda

Ciudad de México /

Claudia Sheinbaum, al comentar las declaraciones de José “Pepe” Mujica en la revista Búsqueda, dijo este viernes: “gracias por su sencillez, por su modestia, y gracias por representar un símbolo para toda América Latina y para el mundo entero”. Un día antes las palabras del ex mandatario uruguayo en esa publicación fueron retomadas por todos los medios internacionales; como el cáncer avanza sin recato por su cuerpo cansado, habló, lapidario, de su inminente final: “Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo”.

La congruencia ha definido la vida de Mujica: fue guerrillero, estuvo encarcelado durante trece años y al ser liberado, con su compañera Lucía Topolansky, también guerrillera, compró en abonos una pequeña chacra (granja) en las afueras de Montevideo, donde ha permanecido desde 1986 —incluso cuando fue presidente, entre 2010 y 2015, nunca quiso vivir en ninguna otra parte, mucho menos en un palacio. En esa chacra, donde cultiva flores, quiere ser enterrado, bajo una frondosa secuoya, junto a su perra Manuela.

Pepe Mujica es un símbolo, como dice Sheinbaum, pero asimismo un modelo al parecer imposible para la mayoría de la clase política de países como el nuestro, impulsada por la ambición y el poder. Solo la desfachatez pudo haber llevado al priista Alejandro Moreno a visitarlo en su casa, tan distinta de sus lujosas mansiones. Solo con la más acendrada miopía se podría comparar a cualquier personaje de la presunta izquierda mexicana con la vida y los valores de quien ha pregonado el diálogo como vía ineludible para la convivencia.

En El Horizonte (Debate, 2023), de Alejandro Ferreiro y Gabriel Pereyra, donde se reúnen conversaciones entre Julio Sanguinetti (1936) y José Mujica (1935), los dos ex presidentes, opuestos ideológicamente, reflexionan, discrepan, a veces coinciden. En una de las presentaciones del libro, Mujica dijo: “No abdicamos de nuestra manera de pensar, pero nos podemos sentar a conversar”, y Sanguinetti agregó: “Se habla mucho de consensos, pero la democracia es lo opuesto: es administrar los disensos”. Ojalá por acá alguien los escuche.

Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. 


  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.
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