Jóvenes
En la historia de los grandes campeonatos hay algo más difícil que ganar: ganarlos jugando bien. Ganar convierte a un equipo en campeón, pero ganar jugando bien, convierte al campeón en un equipo inolvidable. De los ocho semifinalistas entre Eurocopa y Copa América el único con posibilidades reales de lograr ambas cosas es España, en este momento, la selección más atractiva del mundo.
¿Por qué juega bien España? Porque sus jóvenes jugadores han seguido un manual de estilo y un documento de identidad que eligió su Federación para todas sus selecciones y categorías tanto femeniles como varoniles. En España hay un largo camino recorrido con niños, entrenadores y equipos en todo el país que permite formar y desarrollar generaciones enteras de futbolistas con los mismos ideales de juego: su selección es nacional, con todo el carácter de la palabra. Hemos dicho que ganar jugando bien es lo más difícil del futbol, hay algo más difícil todavía: jugar tan bien con un equipo tan joven.
Héroes y villanos
Desde chicos nos enseñaron que en un lado de la cancha estaba Brasil y en el otro Italia, rivales opositores y potencias mundiales, italianos y brasileños tenían la influencia y el empaque suficientes para dividir la historia del juego en dos entregas: dar espectáculo y dar resultados. A su manera, ambas escuadras siempre fueron entretenidas y ganadoras, pero en las últimas décadas cayeron en la tentación de parecerse, cruzarse o imitarse: Brasil logró aburrir hasta el cansancio e Italia llegó a creer que podía jugar bonito.
En ningún caso el cambio de cultura funcionó, es posible que la evolución del futbol hacia un juego más dinámico y cristalino haya desnaturalizado el ritmo y la cadencia brasileña y acabado con la descarada defensa italiana condenando a los dos estilos más clásicos, a avergonzarse de su historia. El futbol siempre ha necesitado un héroe y un buen villano.