De Guillermo Almada para acá han pasado por la dirección del Santos varios personajes que duraron realmente poco. Pedro, Eduardo, Pablo e Ignacio.
A todos les pagaron bien pero no pudieron entregar resultados agradables, por algo los despidieron.
Con tanto cambio nos han mostrado que algo anda muy mal, en la selección y contratación de entrenadores aparte de la baja calidad de los jugadores.
El que esté por llegar nada nuevo traerá mientras no modifiquen de manera significativa la eficiencia del plantel.
Nombres van y vienen pero no piensan primero en los jugadores que serán dirigidos.
Este Club Santos no acierta en su elección del entrenador, señal de que el mal no está en la persona del responsable máximo.
La rapidez con la que desean resultados prioritarios no está en relación directa con la supuesta jerarquía del entrenador.
Creyeron que Ambriz era el mejor, más por el nombre que representaba Ignacio, que por sus verdaderos hechos.
El éxito de un entrenador, siempre está en relación directa de los dirigidos.
Por eso, ahora en el caso que nos corresponde, el 2025 está en función directa de los jugadores, no de quien esté por llegar.
Los candidatos ya debieron haber solicitado una pequeña limpia de jugadores porque si fueron lugar 18, significa que no son rendidores.
Por encima del Cuerpo Técnico están los jugadores. Y eso mientras no se acepte como tal, no habrá real enmienda.
No importa el que llegue; trasciende más los que permanezcan.