Triste Santos

Laguna /

Es triste ver jugar al Santos; triste su situación que por consecuencia lógica empaña su todavía rica historia. 

Triste es ver en el campo a un puñado de jugadores que no representan lo que ha significado esta institución.

Los que tienen interés en el futbol nacional como pueden ser los periodistas, comentaristas y narradores también a ellos les da pena observar al Santos de hoy porque el grato recuerdo que se tiene de este club no se puede borrar tan fácilmente.

La institución cobra conciencia de su presente, se ocupa y preocupa pero también se percata que sola se metió en un tobogán del cual sus normas no le permiten respirar con tranquilidad. 

Ahí radica el origen de sus males que hoy provocan mucha tristeza.

De alguna manera nos han dado vagas señales de que no van a cambiar su forma de trabajo. 

Eso al menos se agradece. Pero también se le recuerda que la paciencia del aficionado tiene un límite que ya está mostrando con escasas asistencias al estadio.

El Club debe saber hasta dónde le alcanza aguantar lo que hace y hasta dónde la afición soporta este “castigo”. 

Es una mutua comprensión, complicada de aceptar porque tal parece que nadie va a ceder.

Los seis campeonatos obtenidos, el buen futbol que desplegó en muchos torneos, las finales perdidas con mucha dignidad y dramatismo, las victorias épicas con o sin estadio nuevo, todo lo bello no se puede borrar ni olvidar; tampoco esconder.

Por eso la tristeza de hoy donde la realidad es opuesta a lo que antes se disfrutó. 

Los actuales jugadores no vivieron esos momentos de gran alegría; la afición sí.

Ahí se ubica la diferencia.

  • Juan Gómez Junco
  • gjunco.juan@gmail.com
  • Columnista desde 1988 en La Opinión...(hoy La Afición). Egresado del Tec de Monterrey en 1974, Licenciado en Administración de Empresas.
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