Se abren nuevos frentes

Ciudad de México /

Surge un nuevo conflicto geopolítico que está escalando y que difícilmente sabremos a dónde llegará. Un frente más a la ya complicada situación global. Todos los anteriores conflictos siguen ahí, vivos. Nada ha bajado y, por el contrario, algunos de ellos han vuelto a subir la tensión. 

Aunado a estas disputas está el tema de la guerra comercial o la imposición de impuestos y tarifas. 

En un escenario así, lo que se hubiera esperado y hemos visto siempre es un fortalecimiento del dólar. El famoso refugio por hegemonía de la moneda y respaldo del gobierno federal estadunidense ha cambiado. El dólar se ha debilitado y los inversionistas han preferido refugiarse en otras monedas y activos: euros, libras esterlinas, yenes, pesos, oro y hasta cripto.

Es increíble como hoy el país número uno del mundo atraviesa por una crisis de confianza por la debilidad de sus finanzas públicas y por las políticas comerciales. Me cuesta trabajo entender: ¿ya perdió su hegemonía el dólar y los bonos del Tesoro? No lo creo, pero sin duda están siendo castigados. 

Esta semana hay decisión de política monetaria en Estados Unidos. La Reserva Federal seguramente dejará sin cambios la tasa en 4.50 por ciento, y a pesar de que la inflación ha salido bien y permitirá un recorte, optarán por ser más cautos y esperar hasta septiembre para realizar la primera baja del año. Y es que en una economía que se desacelera es lógico que baje la inflación, pero en este caso, por la imposición de impuestos, los riesgos se mantienen elevados. Es muy probable que el índice de precios en ese país no haya sido peor gracias a un consumo mucho menor como consecuencia de los aranceles. 

Y es que es tal el impacto de esta incertidumbre que el crecimiento económico global lo ha resentido. La semana pasada el Banco Mundial recortó su proyección de crecimiento de manera significativa, de 2.7 a 2.3 por ciento. 

Del lado positivo de las noticias está una buena relación y resultado positivo de las reuniones entre China y Estados Unidos, donde llegaron a acuerdos preliminares en algunos productos. Es una buena noticia, pero frágil y vulnerable.

Sigo pensando que ante la coyuntura actual, es un buen momento para comprar dólares en los niveles que tenemos hoy y en empresas con una valuación razonable.


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