El discurso de toma de posesión de Trump dejó aspectos buenos, malos y feos para México; aunque, por desgracia, la balanza estuvo más cargada hacia los preocupantes.
Entre los potenciales elementos positivos —utilizando una óptica optimista— destaca la orden ejecutiva que emitió designando a los cárteles como organizaciones terroristas. Me queda claro el riesgo de que una medida como esta afecte nuestra soberanía, pero dada la alarmante situación de inseguridad que se vive en el país, contar con el apoyo de la mayor potencia militar del mundo para combatir al narcotráfico puede ser una ventaja.
Otro posible punto favorable es el contrapeso que puede representar Trump para Sheinbaum. En su mensaje de investidura dejó claro que no tolerará conductas que afecten los intereses de su país. Esta postura puede servir de freno a las tendencias más estatistas de nuestra Presidenta, quien concentra un poder casi absoluto a escala nacional. También en la columna de posibles buenas noticias está la unidad nacional que Trump puede fomentar en México. Una amenaza externa de tal magnitud puede motivar a las fuerzas políticas a cerrar filas y trabajar juntas por una causa común.
En el plano económico, Trump anunció una serie de medidas para apuntalar la economía de su país. Dada la estrecha relación comercial que existe, si a EU le va bien, lo más probable es que a México también.
En los aspectos malos, los más significativos son su intención de endurecer la política migratoria y deportar a millones de indocumentados. Declaró una emergencia nacional en la frontera con México e instruyó al ejército a vigilarla.
Una deportación masiva causaría un daño social y económico enorme. Afectaría las remesas, que aportaron más de 60 mil millones de dólares a México el año pasado. Provocaría el enorme desafío de reintegrar a los compatriotas que expulse Trump. No hay que olvidar que cerca de 5 millones de mexicanos viven en EU sin papeles. Si la deportación ocurre a gran escala, ¿cómo absorberá la economía mexicana a una fuerza laboral tan grande si entre 2018 y 2024 apenas generó 2 millones de empleos formales?
Otro riesgo son las potenciales tarifas de 25% a las importaciones mexicanas. En su discurso no mencionó una fecha específica, lo que provocó que el peso se apreciara; sin embargo, poco tiempo después sugirió que podrían entrar en vigor el 1 de febrero, lo que ocasionó que el peso se devaluara.
Finalmente, sobre los aspectos feos destaca la retórica divisiva y, en ocasiones, xenofóbica. Este tipo de discurso, el cual reiteró en sus palabras inaugurales, daña la percepción que tienen los estadunidenses de los mexicanos y, en consecuencia, deteriora la relación bilateral. El lenguaje de odio puede ser políticamente rentable, pero no ayuda en nada a estrechar los lazos de dos vecinos que se necesitan mutuamente para su desarrollo y prosperidad.