López Obrador, visionario del antineoliberalismo

Ciudad de México /

López Obrador fue visionario al querer regresar al pasado. Criticó el neoliberalismo, la ideología rectora en México y gran parte del mundo en las últimas décadas, y añoro por regresar a los años setenta cuando tuvimos un Estado más nacionalista e intervencionista. En su momento está postura parecía anacrónica. Ahora está siendo adoptada por varios países. 

El propio Estados Unidos, cuna del neoliberalismo y su principal promotor durante décadas, está replanteando su modelo económico. El libre mercado y el libre comercio, dogmas incuestionables en el pasado, ya no cuentan con el respaldo incondicional de su clase política, por lo menos en su versión más extrema. 

Este giro resulta paradójico, dado que el neoliberalismo es responsable de producir una expansión económica mundial sin precedente. Nunca en la historia se había generado tanta prosperidad. Y fue el propio EU quien diseñó y montó el andamiaje que rige las relaciones económicas y comerciales de buena parte del mundo. Sin embargo, es evidente que el neoliberalismo no fue una panacea. También produjo perdedores y sus reclamos han ganado cada vez más peso. El descontento dio lugar a líderes que buscan una reconfiguración del orden económico, apostando por un mayor nacionalismo, intervención estatal y proteccionismo. 

Este cambio es evidente en EU, y no solo con Trump. Tanto él como Biden han impulsado medidas que debilitan el libre mercado y la globalización. Trump ha impuesto aranceles para presionar a otros países, mientras que Biden subsidió agresivamente a empresas nacionales de energía verde. Ambos han promovido el intervencionismo estatal en industrias estratégicas como semiconductores e inteligencia artificial. También han mostrado disposición a desconocer acuerdos comerciales (incluido el T-MEC) y a aplicar medidas proteccionistas, como restringir la entrada de vehículos eléctricos chinos. 

En este contexto, la retórica de López Obrador fue premonitoria. Aunque su crítica al neoliberalismo fue más de palabra que de hechos (muchas de sus políticas, como la disciplina fiscal y el impulso al libre comercio, siguen las reglas del manual neoliberal), su mensaje resuena en un mundo cada vez más escéptico de este modelo. El neoliberalismo se ha convertido en la piñata favorita de múltiples líderes internacionales. Eso sí, cada uno golpea los elementos que más le conviene criticar. López Obrador fue uno de los primeros en identificar que la palabra neoliberalismo se había vuelto tóxica.

La gran pregunta es si el nuevo orden que se está gestando será realmente distinto al viejo y si traerá los beneficios que sus promotores prometen. Soy escéptico. Considero que se equivocan quienes pronostican la muerte del neoliberalismo. Puede que el término ya no se utilice, pero los pilares que sostienen esta ideología, el capitalismo y el libre comercio, seguirán predominando. Eso sí, será en una versión menos radical y adaptada a la realidad política actual.


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