Los lectores atentos solemos establecer lazos no sólo con los libros que hemos leído sino también con la música que hemos escuchado, con el arte que hemos admirado. No somos pasivos al leer, creamos asociaciones personales y dichas asociaciones nos transforman. El filólogo ruso Mijail Bajtín escribió acerca de la orientación de una obra literaria hacia el discurso ajeno y la llamó teoría de la intertextualidad o dialogismo. Un ejemplo de ello son los poderosos nexos entre la obra de William Blake (1757), Aldous Huxley (1894) y la banda The Doors (1967).
William Blake fue un poeta, pintor y grabador británico. Su poesía dialoga de manera íntima con sus grabados e ilustraciones, su obra puede verse como una unidad. Ilustró varios textos entre ellos la Comedia de Dante. En su libro The Marriage of Heaven and Earth plantea sus ideas del bien y del mal de una manera simbólica mostrando la capacidad de un individuo de adentrarse en sí mismo a través de la libertad creativa. Exalta el yo y abre la caja de Pandora que contiene nuestros monstruos internos. Para Blake, la imaginación es un tipo de inspiración divina y esa facultad reside dentro de nosotros. Apuntó: “Si las puertas de la percepción estuvieran limpias, todo se mostraría ante el hombre como realmente es, infinito”.
Aldous Huxley fue un autor y filósofo británico que escribió ficción, no ficción y poesía. Fue uno de los mayores intelectuales de su época y estuvo nominado varias veces para el Premio Nobel. Se interesó en el misticismo filosófico. En su obra The Doors of Perception escribe su experiencia psicodélica al ingerir mescalina y “limpiar las puertas” para descubrir un nuevo mundo interior. El texto muestra sus reflexiones filosóficas y psicológicas. Más tarde publica Heaven and Hell donde profundiza dichas cavilaciones. Ambos textos los titula con base en el libro de William Blake.
En los sesenta, mientras el mainstream de las bandas enarbolaba el amor y la paz, The Doors, una agrupación estadunidense liderada por Jim Morrison, hurgaba en la oscuridad del mundo interior, la violencia, la muerte y en la relación entre el cuerpo y el espíritu con notas potentes de rock y blues. Tomaron su nombre del verso de William Blake y sus canciones manifestaban esa búsqueda de la obra misma de Blake y Huxley. Su primer álbum, The Doors, incluyó “The End”, un tema que refiere al complejo de Edipo que al parecer sufría un miembro de la agrupación. Su canción “Light My Fire” fue censurada por la CBS en un programa en vivo por hacer una posible referencia a las drogas. De nuevo, los lazos entre The Doors, Huxley y Blake no podrían ser más estrechos.
Somos lo que leemos, escuchamos y miramos en los demás, aquello que en algún momento tocó nuestros nervios y nos dio una sacudida. No estamos aislados, percibimos y adoptamos como propio lo que nos mueve. ¿Qué queremos que nos estremezca? Como escribió Blake, “no es bueno cultivar deseos que no habrán de ser satisfechos”.