Durante los últimos años del siglo XIX se acentúa una tendencia en Gran Bretaña y Estados Unidos a la admiración del paisaje como la principal fuente de belleza. Se trata en parte de un movimiento de reacción ante la industrialización, la contaminación ambiental y la concentración excesiva de población en los centros urbanos, la cual vivía en condiciones precarias.
El crecimiento de las ciudades en estos dos países fue muy acelerado debido al desarrollo capitalista derivado de la Revolución Industrial. Algunos teóricos de la arquitectura como John Ruskin revalorizaron épocas anteriores al Renacimiento como aquellas en las que se alcanzó un esplendor que no volvió a repetirse, relacionado principalmente con las artesanías y los gremios de especialistas en los distintos oficios como la carpintería, la cantería, la orfebrería la herrería y demás trabajos, que fueron reduciéndose con la producción industrial. En su libro Las siete lámparas de la arquitectura, el teórico sienta las bases para el movimiento Arts and Crafts.
En la actualidad, quizá por razones distintas, existe una fuerte atracción hacia la arquitectura que se relaciona con el paisaje, hasta el extremo de que muchos proyectos se plantean más como intervenciones a nivel paisajístico que como operaciones de diseño y construcción.
Un ejemplo muy importante es el campus de la Universidad de Arquitectura en Shenyang, en el norte de China, del arquitecto paisajista Kongjian Yu. Los terrenos utilizados para el campus eran arrozales y el arquitecto decidió que siguieran siéndolo, involucrando a los estudiantes en la cosecha de arroz y al mismo tiempo generando los espacios abiertos para sus actividades estudiantiles y recreativas.
Tangente
La visión
de Poe
El escritor estadunidense Edgar Allan Poe sostenía que la naturaleza era la fuente más rica de experiencias estéticas. En su libro The Elk, publicado en 1844, el autor describe la belleza de un paisaje en Pensilvania como un goce de una belleza incomparable.