Al final del año, celebramos el misterio de la Navidad, en tranquilidad, reunidos en familia y con las mejores intenciones para con todos.
Es época en que hacemos repaso y recuento de lo vivido y nos preparamos para recibir el próximo año con ánimo renovado de mejores tiempos para todos.
Que en esta época sepamos valorar lo que hoy somos y tenemos, sepamos agradecer a todas las personas que están detrás de nosotros; que al recordar la sencillez de lo que comienza, nos contagiemos de optimismo y de la alegría.
Con un genuino deseo de que haya paz y que continuemos el próximo año haciendo bien las cosas y haciendo cosas buenas, propongo un ejercicio sencillo pero fundamental, que sirva para introspección y toma de decisiones personales para promover nuestro propio desarrollo humano.
Busque tres personas cercanas a usted, pareja, hijos, hermanos, amigos y pida que le ayuden a ser mejor persona contestando dos sencillas preguntas de carácter personal:
¿Qué te agrada de mí?
¿En qué te gustaría que cambiara?
Escuche atentamente lo que respondan, tome nota y de gracias a las personas que le contesten estas preguntas.
No de explicaciones, no justifique nada de lo que le digan, simplemente reciba con atención y apertura lo que le expresen y luego reflexione.
Seguramente le dirán aspectos de su conducta, de su manera de ser, de lo que esperan de usted, y si son personas que le conocen, que conviven con usted, seguramente le harán descubrir aspectos de usted mismo que no consideraba. Si este ejercicio usted lo hace con la disposición y apertura necesarias será de gran beneficio para su propio desarrollo como persona.
Además, le propongo que sus propósitos de fin de año los haga con una técnica que es tomada de la estrategia del océano azul, así llamada para el crecimiento en el mercado de las empresas, pero que tiene aplicación particular para la toma de decisiones.
Busque aumentar eso que hace bien, hacerlo más, pues precisamente usted sabe que eso es bueno para sus propósitos.
Decida disminuir algo, que usted sabe que no le conviene.
Lo que le causa daño y no es bueno para usted decida eliminarlo de su vida y tome la decisión de crear algo nuevo que le hace falta y que usted sabe que es bueno y útil para usted.
Que tenga un feliz y próspero año nuevo.