México fue de los países que salieron mejor librados en este atropello mundial que inició Donald Trump con sus políticas arancelarias. Lo primero a comentar es que está cometiendo un grave error que le puede salir muy caro al mundo y también a su propio país, pero eso el tiempo lo dirá.
Negar los beneficios de un mayor y mejor comercio es una estupidez, está ampliamente probado que el proteccionismo exacerbado como el que está implementando Trump no le otorgará riqueza, ni grandeza ni nada de eso, solo hará más pequeñas las oportunidades de crecer y de mejorar. Más allá de lo que implica esta política comercial, lo cierto es que lastimó de manera innecesaria a muchos países en proceso de desarrollo; los más afectados son naciones en el sureste asiático, como Vietnam, al que le impuso un arancel de 46%, y muchos más en este caso; para China la tasa fue de 34% y en India 26%... la lista es interminable.
En el caso de Europa las tarifas son de 20%, quizás porque Alemania pensaba responder de forma más enérgica; sin embargo, me parece que la eurozona cambió un poco la estrategia y ahora está más dispuesta a negociar que a pelear, por lo cual todo indica que puede haber una negociación. Yo creo que estos impuestos marcan techos y no pisos, así que hay esperanzas de que se moderen algo.
Me llamó mucho la atención que el peso haya recibido la noticia con beneplácito; antes del anuncio el dólar cotizaba a 20.50 pesos por dólar y cuando terminó ya estaba en 20.10, para amanecer el jueves por debajo de 20 pesos.
No lo entiendo, porque, aunque nos fue mejor que a los demás, sí tendremos costos que cubrir.Hoy tenemos un arancel de 25% sobre las exportaciones de acero y aluminio, en materia automotriz uno de 25% sobre el componente de los autos que no sean fabricados en EU, o sea, 25% sobre 60% del valor del auto, lo que nos lleva a una tasa por el auto completo de 15%, y por si fuera poco, tendremos que pagar 10% por las exportaciones que no cumplen con las reglas del T-MEC, que pueden sumar entre 150 mil o 200 mil millones de dólares. Este impuesto sería transitorio, en tanto las empresas hacen lo necesario para cumplir con las reglas.
Que nos hayan tratado mejor no es estar exentos de un enorme costo ahora que la economía mexicana se está debilitando. Este año es muy posible que México entre en recesión; el año no pinta nada bien, y con Trump menos.
Debemos seguir con la línea diplomática de la negociación, pero ya es hora de hacer, en lo interno, otras cosas para fortalecernos. Es urgente fortalecer el estado de derecho para garantizar tanto a inversionistas nacionales como extranjeros que están protegidos por un marco jurídico, eso no lo tenemos. Además, generar políticas públicas que alienten la inversión, políticas que aún no hemos visto. El Plan México debe revisarse a fondo y hacerlo más realista, mencionar los cómo y generar sinergias entre el sector público y privado, mismas que hoy no existen.