En la semana se celebró la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. Tal como se esperaba, el presidente de la misma Jerome Powell, dejó sin cambio la tasa de interés en un rango de 5.25 a 5.50 por ciento; hasta aquí no hay novedad. Lo más interesante fue cuando Powell tuvo la conferencia de prensa con los medios, los mercados estaban temerosos de que se anunciara que, como la inflación estaba estancada todavía en niveles altos, el titular de la Fed abriera la puerta para nuevas alzas. Por fortuna eso no sucedió, y sin comprometerse específicamente a alguna fecha, dejó ver que la tasa puede tener su primera caída en septiembre con posibilidades de una segunda para fin de año.
Con lo anterior, los mercados reaccionaron bastante bien; sin embargo, esto puede cambiar de manera drástica si los datos de la inflación siguen mostrando resistencia para ir hacia abajo, y peor aún, si cambiara la tendencia.
Mantener la tasa de interés en niveles tan altos trae preocupaciones, porque puede dar entrada a una recesión; es importante recordar que en casi todas las crisis que se han tenido que resolver subiendo de forma importante la tasa de interés, de alguna manera después de controlado el fenómeno han surgido recesiones que a nadie les gusta tener.
Además, los mercados tienen otro tipo de preocupaciones, por ejemplo, en este año algo que ha creado mucho temor e incertidumbre es el conflicto en Medio Oriente, la guerra entre Israel y Hamás es muy preocupante porque si de por sí la región es muy inestable, con esto la probabilidad de que el conflicto se pueda extender en la región es bastante alto. Los terroristas de Hamás iniciaron las hostilidades con una enorme brutalidad, y en la respuesta de Israel el problema es que el primer ministro Benjamín Netanyahu ha convertido su contraataque en una guerra contra Palestina y no solo contra Hamas. Claro, tratar de separar quién es quién se dice fácil, pero visiblemente Israel está perdiendo el apoyo internacional al extender el conflicto a toda Palestina
Desde un punto de vista económico, no se puede ocultar que el conflicto —de extenderse regionalmente— puede ocasionar que el precio del petróleo se dispare y de la misma manera puede generar problemas en toda la cadena de suministro.; Europa será la región la que más sufra, pero también el resto del mundo.
Todavía no podemos resolver el tema de la inflación mundial, pues imagínese como un barril de petróleo en 150 dólares o más, seguramente el mundo entero entraría en recesión. En virtud de lo anterior, ojalá que la comunidad internacional con su diplomacia logre establecer las bases para un cese el fuego permanente en la zona.
Como corolario, yo diría que en el muy corto plazo la Reserva Federal de Estados Unidos sí ha logrado tranquilizar a los mercados, que durante abril tuvieron una volatilidad extrema.