Los sustos que dan las bolsas

Ciudad de México /

El lunes fuimos testigos de un fenómeno bursátil que dejó perplejos a todos los mercados e inversionistas; sin decir agua va, los mercados se sacudieron cuando algún hábil reportero —de la fuente financiera en Estados Unidos— sacó a la luz que una pequeña compañía china, o como se denomina, startup, desarrolló un software para generar inteligencia artificial, mismo que tuvo un costo de apenas 6 millones de dólares, cuando compañías grandes, como Nvidia, que invertían hasta 500 millones de dólares en desarrollos similares.

La noticia cimbró las acciones tecnológicas dedicadas a la fabricación de chips muy sofisticados y empresas relacionadas con el tema, así como otras dedicadas al desarrollo de inteligencia artificial, de tal forma que la más afectada —que fue justo Nvidia— perdió más de 500 mil millones de dólares en su capitalización de mercado cuando sus acciones se derrumbaron 17 por ciento.

El índice Nasdaq Composite perdió más de 3 por ciento en un solo día, prácticamente borró las utilidades de enero. La reacción del mercado me pareció a todas luces exagerada, pero también mandó un mensaje a los inversionistas de que los niveles de precios de algunas acciones tecnológicas estaban fuera de rango; dicho de otra manera, un poco elevados. Al día siguiente los mercados recuperaron casi la mitad de lo perdido, pero pasarán algunas semanas para que el efecto de DeepSeek, la empresita que desarrolló el software barato, se asimile.

El susto para los inversionistas fue oportuno, siendo un recordatorio de que las inversiones de renta variable, o sea, en acciones de empresas, son inversiones de riesgo; en periodos largos, de 5, 10 o más años, éstas suelen ser mucho más rentables que las inversiones seguras en activos de renta fija (bonos y similares), pero los rendimientos no son en línea recta, se hacen en la suma de días buenos y días malos, por eso se recomienda que quien invierte en acciones lo haga con horizontes de inversión de largo plazo (mínimo dos años), con el objetivo de que si mientras uno tiene su inversión pasa algo malo que no se tenía en el radar, el inversionista tenga la paciencia para que el mercado se recupere.

El inversionista debe entender y estar convencido, porque es verdad, que las bolsas y los índices siempre se recuperan, por eso hay que invertir en acciones el dinero que uno sabe que no necesitará cuando menos en dos años, de tal forma que cuando suceda algo malo no tenga que vender obligado por las circunstancias y puede esperar a cuando las bolsas se recuperen. Lo anterior es más valido cuando, en lugar de invertir en una sola acción, uno invierte en un portafolio diversificado. 

Después del susto del lunes pasado, las bolas en Estados Unidos siguen teniendo una perspectiva halagüeña, y este año podrán arrojar rendimientos de entre 10 y 15 por ciento, que no sería nada malo.


  • Manuel Somoza
  • Presidente de CI Estrategias por Somoza Musi. Ejecutivo con más de cuatro décadas de experiencia en el sector financiero. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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