Resulta muy interesante analizar porqué los índices bursátiles mundiales han mejorado sustancialmente en los últimos 20 días de abril; las razones son muchas, y aquí explico las que, a mi juicio, son más relevantes.
El peor periodo para las bolsas del mundo, fueron los tres o cuatro días después de que el 3 de abril el presidente Donald Trump anunciara su política de aranceles recíprocos, lo cual provocó un enorme malestar en los mercados financieros, amén de ocasionar caídas en las principales bolsas de valores, así como fuertes incrementos en los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y que son considerados como líderes para el refugio de inversiones en tiempos de incertidumbre.
Aunque el gran público inversionista no sigue con tanto interés los mercados mundiales de dinero, es importante mencionar que estos son más grandes que los accionarios, y distorsiones no deseadas en los mercados de dinero pueden tener consecuencias más negativas alrededor de las bolsas financieras mundiales que simplemente la caída de las bolsas de valores. Una crisis en los mercados de renta fija llevará a las economías a enfrentar problemas serios.
La recuperación observada en los últimos 20 días, por fortuna, se ha dado tanto en los mercados accionarios como en los de bonos. En lo bursátil, las bolsas en EU —que han sido las más afectadas por las políticas de Trump— han recortado sus minusvalías a más de la mitad, al grado de que índices como el Nasdaq, que cayó más de 20%, al 8 de abril ha reducido sus pérdidas por debajo de 10%. Lo mismo ha sucedido con el S&P 500, que a inicios de abril perdió 15.3%; a la fecha, solo ha recuperado 6%.
Los bonos del Tesoro, que subieron a niveles de 4.5%, hoy tienen un rendimiento de 4.18%, disipando así la posibilidad de una crisis de gran envergadura.
Trump —sin mencionar que se equivocó— empezó a reconsiderar sobre su política arancelaria toda vez que el mundo la señaló como un error; más allá de las opiniones individuales, los mercados le hicieron ver lo errado que estaba, por eso estuvo a punto de generar una crisis en el mercado de bonos. Afectó también el valor del dólar, creando una enorme incertidumbre al grado de que los principales analistas hayan recortado las expectativas del crecimiento mundial ante una posible recesión en EU.
Esta nueva actitud de Trump ha aliviado un poco el nerviosismo, pero el tema no ha concluido, ya que faltan muchas negociaciones y acuerdos; lo más preocupante es que no sabemos qué tipo de arreglo podrá tener con China, indispensable para empezar a regresar a la normalidad, aunque nunca será igual a la que había antes de la llegada de Trump, ya que en el tema comercial es una amenaza para el mundo.
Qué bien que esté rectificando, pero no podemos cantar victoria. A México no lo ha tratado bien; las negociaciones siguen su curso, pero, por desgracia, en algo nos va a lastimar, como ya lo hizo con el nearshoring, que de ser una esperanza real, ahora cada día está más lejos de serlo.