Difícil decisión del Banco de México

Ciudad de México /

El miércoles 29, el Banco de México (Banxico) celebró una reunión para analizar el Informe Trimestral de Inflación, que más que eso, es un análisis de cómo va la economía mexicana. Pues bien, en esa reunión, la presidenta del Consejo, Victoria Rodriguez Ceja, manifestó que, dados los buenos datos de inflación en México el instituto central podría considerar –a principios del año entrante—el reducir la tasa de interés de referencia, misma que actualmente se encuentra en 11.25%

La reacción de los mercados no se hizo esperar, y el precio del dólar, con respecto a la moneda mexicana, se incrementó de 17.20 a 17.50 pesos por dólar; la razón de lo anterior es que cuando un banco central incrementa las tasas de interés locales, eso le da más valor a la moneda propia, y a por el contrario, cuando disminuye la tasa la moneda pierde valor.

Después de esa noticia, el jueves salió el dato de PCE (Personal Consumption Expenditure) que en castellano quiere decir Gasto Personal de Consumo y es el índice preferido por la Reserva Federal de Estados Unidos para medir la inflación; pues bien, este índice mostró una tendencia a la baja, ya que la parte nominal se redujo de 3.4% a 3% y en la subyacente de 3.7% a 3.5%, con lo cual hacia adelante cabe la posibilidad de: primero, que ya no suban las tasas y segundo que éstas pudieran disminuir en los EU tan pronto como el mes de mayo de 2024. Con lo anterior, el peso mejoró su cotización en 10 centavos y el dólar bajó de 17.50 a 17.40 pesos.

Banxico, al analizar la cifra de la inflación con respecto a la tasa de interés local, reconoce que el peso tiene un rendimiento de más de 7% en términos reales, lo cual hace a nuestra moneda una de las más rentables del mundo, debido a que la inflación es de 4.2% y la tasa de interés de 11.25%. El colchón a favor de que México pueda bajar la tasa de interés de referencia es muy amplio; sin embargo, al banco central le preocupa que el exceso en el déficit fiscal, que anunció el gobierno para el año entrante, alimente la inflación y que ésta se mantenga sobre los niveles actuales y deje de reducirse. Lo que está en juego para Banxico, es decidir qué es más importante, si el control de la inflación o que la economía crezca en forma más sólida el año entrante. La decisión no es fácil, aunque existe mucha gente preparada que seguramente tomará la mejor alternativa.

Es muy complicado poder estimar si el déficit fiscal impactará los niveles de inflación generales, pues va a depender de qué y cómo se ejecute el gasto; a mí no me queda claro, no sé cómo ese gasto afectará a la inflación, pues desconozco el componente de las importaciones.


  • Manuel Somoza
  • Presidente de CI Estrategias por Somoza Musi. Ejecutivo con más de cuatro décadas de experiencia en el sector financiero. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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