La popularidad de AMLO

Ciudad de México /

Desde que se inició esta administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha gozado de buenos números en cuanto a la aceptación de la gente. Lo anterior me sorprende, porque los errores han sido muchos, además en algunos casos con consecuencias terribles como las que se han vivido en materia de inseguridad y de salud pública. Por supuesto hay otras cosas que han salido razonablemente bien, pero todo puesto en la balanza, me parece, que los errores han sido muy superiores a los aciertos ya que se ha fallado donde más le duele a la ciudadanía.

Yo pienso que una gran parte del éxito del presidente es que ha sabido explotar el malestar de millones de mexicanos que viven y han vivido en condiciones muy lamentables, en todos sentidos: carencias económicas, problemas de salud, falta de oportunidades, víctimas de la violencia y vulnerables ante autoridades, que también los han perseguido y abusado simplemente por ser pobres e ignorantes. Dicha habilidad de lograr empatía con estos grupos está aderezada con apoyos económicos que nunca tuvieron, dentro de los cuales destacan las ayudas a los adultos mayores, programa que me parece francamente bueno. Las otras acciones de ayuda creadas, pienso son demagógicas y difíciles de defender, pero al fin y al cabo son ayudas.

Con tanto adoctrinamiento salpicado con múltiples recursos económicos, pues es lógico ver que hay mucha gente que admira a su presidente y lo califica positivamente, pero el problema del país es que esta gente, hoy contenta, se va a convertir en una pesada carga para poder progresar; qué bueno que los adultos mayores reciban ayudas, pero los jóvenes se están convirtiendo en unos vividores sin oficio ni beneficio, que van a engrosar las filas de la criminalidad, o en el mejor de los casos, seguirán siendo unos parias del sistema.

La filosofía de López Obrador es tomar el camino más fácil para consolidar su popularidad, y ese camino es regalar dinero, sin ton ni son, confrontando a sus consentidos --que son quienes no tienen nada-- con aquellos que han logrado tener algo, estos últimos son representados por las clases medias y todos los aspiracionistas que quieren vivir mejor ellos y sus familias, lo cual no está dentro de los objetivos de los menos favorecidos, porque eso implica trabajo y sacrificios.

Yo creo que no debemos de perder el tiempo hablando y tratando de convencer al grupo duro de López Obrador, ahí no vamos a ganar nada, es gente que ya perdimos y no les interesa ni México, ni mejorar ellos o sus familias; debemos concentrarnos en convencer a la clase media que salga a votar, y de esta manera defender lo que ha logrado y seguirán progresando. Las clases medias unidas son invencibles, ahí están como ejemplo, los países de la Eurozona donde los núcleos más importantes son las clases medias, que además pueden ser de izquierda, de derecha o de centro, pero nunca radicales; dentro de sus ideologías se unen en el concepto, de que independientemente de sus creencias, todos quieren mejores condiciones de vida; no como los resentidos parias de la sociedad, que no aspiran a nada, pero eso sí, el fastidiar a los demás los hace felices.

La popularidad de López Obrador se le terminará cuando se le acabe el dinero.


  • Manuel Somoza
  • Presidente de CI Estrategias por Somoza Musi. Ejecutivo con más de cuatro décadas de experiencia en el sector financiero. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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