Uno de los activos más difíciles de predecir es el tipo de cambio. Su comportamiento depende de variables de todo tipo: económicas, geopolíticas, psicológicas, sociales, etcétera; por esa razón, tratar de pronosticar su precio es sumamente difícil, pero el ejercicio se tiene que hacer, y eso pretendo en este escrito.
En los últimos dos años tuvimos un peso muy fuerte con respecto al dólar y otras monedas, la razón fundamental, entre otras muchas, es que la economía se encuentra estable, no tenemos déficits abultados con el exterior y, lo más importante, nuestra tasa de interés en términos reales es una de las más altas del mundo. Esto, por supuesto, es lo que más valor le ha dado a nuestra moneda. Por tal motivo, en 2022 nos revaloramos 5% con respecto al dólar y también en el 2023 se mantuvo esa revaloración hasta 13%. Este año comenzamos con una cotización donde el dólar estaba en 17.99 pesos y para el 31 de mayo el peso ya estaba en 16.99 por dólar, es decir, habíamos ganado un peso completo de apreciación, equivalente a 5.5%. Pero llegaron las elecciones y tras el triunfo tan contundente de Morena --el partido oficial--, nuestro peso se devaluó 10% para cerrar, en los primeros días de junio, en 18.80 pesos por dólar, esto es 5% por arriba de la apertura del 1° de enero. La razón de los movimientos, a partir de las elecciones, es que a los mercados no les gustan los gobiernos sin contrapesos y Morena prácticamente tiene el control del Congreso, así de simple.
Además de esta situación, en el futuro cercano estarán en la mesa las Reformas Constitucionales que está impulsando el presidente, las cuales tampoco son del gusto de los inversionistas, sobre todo aquellas que modifican la forma de elegir a los Ministros, Jueces y Magistrados del Poder Judicial; conjuntamente, disgusta la desaparición de Órganos Autónomos como el INAI y otros. Así las cosas, el tipo de cambio se puede depreciar más en septiembre; cuando estos cambios sean una realidad, el peso podrá tocar los 19.50 o hasta 20.00 pesos por dólar. Después, vendrá el Presupuesto para el 2025, si en este hay signos de corrección en la deuda y el déficit, es posible que el peso regrese a 18.70 por dólar, pero si eso no se contempla en el presupuesto, las calificadoras podrían empezar a cuestionar el grado de inversión de la deuda soberana y eso sí sería un tema difícil para el valor del peso; esperemos que eso no ocurra.
Cierro comentando que el tipo de cambio sufrirá bastante volatilidad en los meses por venir.