Mejoró la negociación

Ciudad de México /

La negociación entre nuestro gobierno y el estadounidense parece que está mejorando, y esa es una buena noticia. Mientras el mensaje de nuestra presidenta ha sido claro y consistente, el de nuestros interlocutores no trae las mismas cualidades; sin embargo, sin ser tiempo de cantar victoria, parece que las cosas --cuando menos en políticas comerciales-- tienen mejor perspectiva que hace apenas un mes.

La comunicación de Donald Trump es complicada de entender, es su estilo, no sé si lo hace a propósito o es un ser tan impulsivo que toma decisiones sin reflexionar y en ocasiones tiene que echar reversa, porque él mismo se da cuenta, u otros se lo dejan ver, que se equivocó; no nos debemos confiar porque en muchas ocasiones su estómago tiene más influencia que su cerebro, y las decisiones estomacales generalmente no son buenas.

Los mensajes de la administración a su cargo son frecuentemente contradictorios entre sus propios funcionarios, y con él mismo, por lo cual hay que ser muy precavidos en no precipitarse a la hora de las interpretaciones. Por ejemplo, en relación a los aranceles --que es un tema de alta preocupación para México--, la vocera de la Casa Blanca, que por cierto es demasiado protagonista e inmadura, dijo el miércoles que el presidente Trump pensaba imponer aranceles a México y Canadá del orden de 25% a partir del primero de febrero, y que estaba pensando imponer un arancel a China de 10%. Por la tarde del mismo día, el flamante nuevo Secretario de Comercio, Howard Lutnick, después de su presentación ante el Congreso explicaba que si México y Canadá cumplían con sus compromisos, era muy posible que se evitara la implementación de los multicitados aranceles; ¿a quién hacerle caso?, ¿fue un error, o mala comunicación entre ellos?, o simplemente es una estrategia para presionar la negociación.

Fuera del tema de Trump y su relación con México, tengo que mencionar que sigo preocupado por la perspectiva de crecimiento de la economía mexicana; el viernes conocimos el dato del PIB anual de México y el de Estados Unidos (EU), mientras nosotros apenas crecimos 1.5% (que es 1.3% con cifras desestacionalizadas) en EU el crecimiento anual fue de 2.8%; para México el dato es muy malo, y para ellos es buenísimo. Lo peor es que nosotros, en la proyección de este año, sin el fenómeno Trump, creceremos seguramente por debajo de 1% y la economía de nuestros vecinos lo podrá hacer a 2.3%; nuevamente para ellos muy bien, y mal para nosotros.

En virtud de lo anterior, insisto en que necesitamos políticas públicas proclives para incentivar la inversión privada, tanto nacional como extranjera, eso es imperativo! Así mismo, el jueves se anunciaron las reglas para regular el sector eléctrico, y vi con mucho gusto que en estas se permite la inversión del sector privado; aún no las he estudiado a fondo, pero no quiero regatear mucho porque me parece que es un buen principio, de esta manera tenemos que promulgar políticas que abonen a incrementar la inversión tanto nacional como extranjera.

También he visto algunos avances en temas de seguridad, pero aceptando que es nuestro principal problema y que no se puede resolver de la noche a la mañana, todavía falta un largo camino por recorrer para poder empezar a estar más tranquilos; los niveles de inseguridad siguen siendo inaceptables.

No bajemos la guardia, sigamos avanzando en las negociaciones con EU, falta mucho que demostrar para lograr que estos próximos cuatro años sean buenos para México y no una pesadilla. No está fácil lograrlo.


  • Manuel Somoza
  • Presidente de CI Estrategias por Somoza Musi. Ejecutivo con más de cuatro décadas de experiencia en el sector financiero. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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