En materia de crecimiento económico, los seis años de la presente administración nos van a dejar un crecimiento, en todo el período de apenas 1%, eso si es que este año llegamos a crecer a 2.2%; 1% es el crecimiento más bajo observado desde la administración del presidente Miguel de la Madrid. Los actuales funcionarios tratan de explicar este fracaso con el hecho de que, en el 2020, la economía decreció arribita de 8% producto de la pandemia, lo cual es cierto. También es verdad que la administración tuvo en sus manos la posibilidad de haber detenido esta situación, si hubiera invertido un poco de dinero en ayudar a que no se perdieran un millón de empleos y a evitar que tuvieran que cerrar decenas de miles de empresas.
El presidente no quiso incrementar el endeudamiento y sacar recursos para combatir la pandemia, tampoco quiso aumentar el déficit fiscal para estimular la economía; sin embargo, en el 2024 --que no se necesita ni endeudamiento ni crecimiento del déficit fiscal-- llevó estos dos conceptos a los límites más altos, simplemente porque era un año electoral, es decir, se le dio más peso a la política electoral de Morena que al bienestar de 130 millones de habitantes. Un pendiente importante para la próxima administración es que México requiere tomar la senda del crecimiento, lo cual solo se va a lograr con políticas públicas que incentiven la inversión privada nacional y extranjera, así como otras que hoy son limitativas para el crecimiento económico, como es la debilidad de nuestro estado de derecho y a la inseguridad.
Otra preocupación que deja esta administración es que, en términos generales, la salud pública está en sus peores niveles, por supuesto el dicho de que íbamos a tener mejores índices de salud que en Dinamarca fue un verdadero chiste; hoy a dos meses de que termine este gobierno, el estado de la salud pública se encuentra en condiciones más precarias que en los últimos 18 años. Como ejemplo un botón, ya se ha dicho y comprobado fehacientemente, que por haber llevado políticas de salud equivocadas en la pandemia murieron 300,000 mexicanos que no deberían de haber desaparecido, si las cosas se hubieran hecho en forma correcta. A la fecha no hay responsables de dicho acto, mismo que se puede considerar hasta criminal; actualmente estamos enfrentando una nueva ola de Covid, y nos dicen los especialistas que los más vulnerables serán aquellos que no estén vacunados o que hayan sido tratados con las vacunas cubanas y rusas, las que no únicamente resultan obsoletas al día de hoy, pero que a través de estos últimos años han mostrado su ineficacia.
La autoridad sanitaria en México hoy sigue tratando de inmunizar a la población con vacunas obsoletas como las que ya se mencionaron, igualmente sigue sin autorizar que se utilicen las más efectivas como son las de los laboratorios Pfizer y Moderna; y si la gente las quiere adquirir, tiene que ir a farmacias privadas donde el costo es de 800 pesos por vacuna.