Parece que, de ahora hasta junio del 2024, todo, para el gobierno tendría que ver con el tema electoral, y yo me pregunto: ¿Y de los asuntos pendientes, quién se abocará a resolverlos?
Empezaré con lo que considero más importante, el tema de la inseguridad y el creciente poder del crimen organizado que está tocando todas las capas sociales con prácticas cada vez más violentas y sofisticadas.
La presente administración se ha negado a reconocer esto como un grave problema, apenas en los últimos días el presidente ha empezado a reconocer que sí tiene un problema aún no resuelto, y para variar, le echa la culpa a las administraciones anteriores que dice permitieron que dicho mal creciera en forma desmedida; pero no acepta al 100% que su política de, abrazos no balazos, ha sido un verdadero fracaso. La criminalidad campea a sus anchas por todo el territorio y aplica un sin número de delitos que ya tienen harta a la población: robos, secuestros, cobro de piso y todo tipo de fraudes a la gente común y corriente.
Además, la violencia con la que operan las bandas es cada vez más sanguinaria y cruel; aquí, la pregunta obligada es: ¿y qué está haciendo el ejército al respecto?, los soldados están muy ocupados construyendo todo lo que se le ocurre al presidente, amén de estar manejando las aduanas y otros encargos del mandatario, pero entonces ¿quién se encarga de la seguridad nacional? La Guardia Nacional ha sido también un fracaso, y lo único que se ha logrado es que las policías locales prácticamente hayan desaparecido; ¿quién será el encargado de limpiar todo este cochinero? Yo no he escuchado que el primer mandatario diga que el ejército no ha cumplido, lo sigue defendiendo a capa y espada.
Aunado a este fenómeno, que lastima a la población sin importar el nivel social, está pendiente el reconstruir el sistema de salud; al entrar esta administración se desmanteló no únicamente el Seguro Popular, también se deshizo lo relacionado con la distribución de medicamentos, aduciendo cosas que nunca se probaron, se inventaron un SINAVID que fue un fracaso de tal tamaño, que lo tuvieron que cerrar.
En lo referente a la distribución y abasto de medicamentos los faltantes son preocupantes, no hay para cuándo terminar con este problema. Por supuesto, los mexicanos no podremos olvidar el pésimo manejo de la pandemia que dejó 750,000 muertos, y al día de hoy, nadie se hace responsable. El subsecretario Hugo López-Gatell hizo un trabajo pésimo, sin que alguien en la administración se lo haya hecho saber, y el presidente lo sigue defendiendo. Pregunto de nuevo, ¿quién se empezará a encargar de resolver estos problemas, si todo Morena y toda la administración pública estará volcada atendiendo el tema de la sucesión presidencial?