¿Noche de paz, noche de amor?

  • Columna de María Doris Hernández Ochoa
  • María Doris Hernández Ochoa

Tamaulipas /

En estos días de diciembre en que muchas personas intercambian buenos deseos, prosperidad y paz, cierto que lo dicen con buenas intenciones y algo de desbordante optimismo, pero… ¿realmente estamos viviendo las noches de paz que respaldan lo que se escucha?

No hay que ser pesimista sino estar bien informado, porque estas noches no son aquellas de los años 90s al iniciar el siglo XXI. Y durante la adolescencia de muchos sobrevivientes.

El sueño ideal corresponde a una utopía porque se piensa en un país en donde todo funciona, no hay problemas y la convivencia entre las personas y países va en armonía.

Pero lo que prevalece es el sentimiento de inseguridad, a menos que la persona sea un “hijo de papá”, con sus necesidades cubiertas pero aislado del mundo de la llamada “terca realidad”.

Porque en lo que a México se refiere, lo que menos hay son días y noches de paz. Los casos más graves como se dan en nuestro estado, en Sinaloa, Colima, Guerrero, Guanajuato, Chiapas, Sonora, Nayarit y Oaxaca son la referencia de inseguridad en todos los niveles y situaciones de sus ciudadanos.

Muchos mexicanos se juegan la vida diariamente por el simple hecho de salir a proveer lo esencial para sus familias, con el temor de sufrir extorsiones, cobros de piso, secuestros o perder la vida en el fuego cruzado entre criminales.

La Guardia Nacional y Fuerzas Armadas no cumplen a cabalidad funciones de prevención del crimen y disuasión del mismo, sus batallas son exiguas y escasas por falta de contundencia.

En México se combate a la mitológica serpiente de las muchas cabezas; cuando alguien lograba cortar una de sus siete, el monstruo regeneraba en su lugar una o varias cabezas iguales a la recién perdida, lo que prácticamente la hizo inmortal. Solo un Hércules, como un semidiós con fuerza sobrenatural, pudo hacerlo. Pero en México no se ve a uno todavía.

Los últimos 24 años han sido una secuencia de victorias mínimas y fracasos en la lucha contra el crimen. Por otro lado, se vive en la inseguridad por los conflictos de poderosas naciones capaces destrucción general: un error de milímetros en la mira puede provocar destrozos en los países objetivo y vecinos.

No solo la paz para México es suficiente, porque de ella depende la estabilidad económica y sus relaciones exteriores, los tratados comerciales…

Todo se encuentra en riesgo debido al concepto amplio de la inseguridad como respuesta a la casi desaparición del Poder Judicial y la real de los organismos autónomos.

La verdadera paz se encuentra como refugio en los valores tradicionales de México, en sus varias instituciones religiosas con sus prácticas por la fraternidad.


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