Mente. El cerebro, a fin de economizar energía y dado que tiene una capacidad limitada para procesar información, recurre a procesos o atajos a la hora de enfrentar una situación.
¿Sabías que la decisión que acabas de tomar hoy o hace unos meses tal vez no provino de una decisión lúcida sino de una serie de creencias inconscientes que hoy te condicionan hacia cierto tipo de pensamientos recurrentes de carencia o abundancia, de miedo o entrega, de frustración o plenitud?
El caso es que este fenómeno recibe el nombre de Sesgo cognitivo y sucede más frecuentemente de lo que piensas.
El portal brainvestigations.com define el sesgo cognitivo como “una interpretación errónea y sistemática de la información disponible, que ejerce influencia en la manera de procesar los pensamientos, emitir juicios y tomar decisiones” lo que puede influir significativamente en las percepciones y actitudes de los individuos hacia diversos aspectos de la vida, incluyendo la salud y el bienestar.
Resulta que el cerebro a fin de economizar energía y dado que tiene una capacidad limitada para procesar información, recurre a procesos o atajos ya interiorizados a la hora de enfrentar una situación, el problema es que esto nos mantiene interpretando cualquier circunstancia nueva con juicios que probablemente no respondan de manera adecuada a las coyunturas que encaramos.
Existen múltiples y variados sesgos cognitivos, y hoy observaremos aquí algunos de ellos.
El primero es el sesgo de confirmación, que es la tendencia a buscar información que confirme las creencias preexistentes ignorando o desestimando la información que las contradice.
Un segundo sesgo es el de auto justificación, y consiste en justificar constantemente lo que se hace para evitar sentir remordimientos o pensar en el error cometido.
Un tercer sesgo sería el de laguna de exposición o la repetición de conductas que nos resultan familiares, como cuando en nuestras respectivas parejas repetimos los comportamientos y dinámicas que vimos de nuestros padres en la infancia.
En la vida aumenta tu autoconsciencia y observa qué sesgos cognitivos están presentes en tus decisiones. En tu práctica de yoga pon atención en la alineación habitual en posturas como Uttanasana, la Pinza de pie, Bhujangasana, la Cobra, o Padmasana, el Loto, posiciones que frecuentemente se alinean de manera incorrecta; tal vez descubras que si cambias la colocación de las piernas, de los hombros o de las rodillas puedas armarlas de manera más armónica y natural.
(Con información de brainvestigations.com, mundopsicologos.com y quironsalud.com)