Anarcobonapartismo

Ciudad de México /

Cada exacerbación de pulsiones autoritarias se ha tratado de manera aislada a su conjunto. La relativización busca anular su naturaleza. Esa aparente estrategia o manera de no entender el mundo se soporta menos cuando la acumulación de hechos no admite ninguna identificación democrática.

La elección de jueces, su retórica, los engaños evidenciados; el asesinato de una mujer embarazada y su pareja en una acción donde está involucrada la Guardia Nacional; la incursión de ese cuerpo militar en un centro cultural, todos son parte del mismo ecosistema.

Si policías y militares desalojan un concierto, importan los militares. También lo hacen en la sesión de consejo del órgano electoral a la que se les corre la cortesía de invitar. No se trata de protocolos sino de la entrega que los convirtió en actores de lo cotidiano. Ellos dictan los márgenes de sus entonos. Aún no se sabe quién les ordenó salir a una operación de protección civil con rifles de asalto.

Lo autoritario no necesita dar explicaciones. Si las da, nada le pide ajustarse a parámetros de rendición de cuentas.

Tampoco se sabe quién mató a funcionarios.

Basta con la trampa de la lógica autoritaria adoptada por aquellos, que incluso estando contra la reforma judicial, votaron y llamaron a votar. El falso mal menor, disfraz de cobardía cívica, que consiguió esquivar un principio elemental para la separación de poderes: los jueces del tribunal supremo no se eligen por voto popular. El método indirecto es democracia. Permite responsabilidades. Aquí los fueros etnonacionales sirven para rechazar la crítica y blanquear lo cuestionable. Falta saber el calibre del caosen los tribunales menores.

La transición del sistema mexicano avanza en el anarcobonapartismo. El anárquico desorden por diseño acompaña la intención de control absoluto, a la Bonaparte. Hasta que las piezas secundarias ocupan el lugar de las primarias. Signo de regímenes que por acaparar todo gobiernan la nada. Nos acercamos a los nueve meses de violencia en Sinaloa, más de mil muertos, arriba de mil desaparecidos.

Y las pulsiones autoritarias suben de tono, establecen el marco de referencia para la gobernanza. Controlan cada vez más, se descontrola la vida.


  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
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