Rafah y la realidad

Ciudad de México /

Cuando los “errores trágicos” se repiten con frecuencia estamos hablando de algo muy parecido a un sistema. El asesinato de más de cuarenta personas en uno de los campamentos de desplazados en Rafah es ejemplo de lo advertido: toda incursión en ese pedazo de Gaza lleva a la catástrofe. Dos días después se repitió el horror, con más de veinte muertos en la zona humanitaria de al-Mawasi.

Una propuesta recién admitida por el parlamento israelí para designar como organización terrorista a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina solo abonará a una mayor devastación.

Las acciones en la Corte Internacional de Justicia y en la Corte Penal Internacional enfrentan un dilema de respuesta imposible. Nuestro sistema de justicia internacional es tan frágil que sus intenciones pueden minar los esfuerzos políticos para contener las tragedias.

La petición de órdenes de arresto solicitadas en la Corte Penal contra Netanyahu y Galant, desató cierto respaldo por parte de quienes les han criticado. En Israel y en Washington. Las solicitadas contra las dirigencias de Hamás sirvieron para la única coincidencia entre ambas cúpulas de la guerra. Deslegitimar al exterior.

Hace unas semanas, los países árabes acordaron plantear en el Consejo de Seguridad una resolución para asignar una misión de Cascos Azules en Gaza. Su presencia no tiene posibilidad de detener la ruta actual, pero sí de generar un contexto que dificulte su continuidad.

Si los países árabes tenían esperanzas en convencer a Estados Unidos de no vetar su propuesta, tras las solicitudes en la Corte Penal, apenas pueden guardar un suspiro.

Para terminar o contener las guerras se necesita construir entornos en la dirección contraria a los usados para extenderlas.

De tener un grado de lectura política, las protestas contra la operación del gobierno israelí podrían buscar enlazar sus discursos con las manifestaciones de cada fin de semana en Tel Aviv y otras ciudades vecinas que exigen el fin de la incursión, la renuncia de Netanyahu, la liberación de rehenes aún en manos de Hamás. A estas alturas, no encuentro otro camino para ponerle un alto al delirio de los últimos meses que la presión al interior de Israel.


  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
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