Siria: nuevos y viejos pasos

Ciudad de México /

Ciertos oportunismos se encuentran tan arraigados, que los esfuerzos por ponerle un fin a las tragedias dan espacio para explotar sus intereses.

Siria atraviesa una serie de procesos paralelos y contradictorios. Hace un par de semanas dos congresistas estadunidenses visitaron Damasco. La urgencia, el levantamiento de sanciones impuestas a la dictadura que controló el país por medio siglo. Sanciones que hoy impiden el flujo de capital y mantienen las inmensas carencias y crisis humanitarias en la posguerra.

Días después, el ministro de Finanzas y el Banco Central sirios viajaron a Washington a participar en encuentros con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

En Naciones Unidas se izó la nueva bandera siria. Asaad al-Shaibani, ministro de Relaciones Exteriores y Expatriados, habló en el Consejo de Seguridad y la Asamblea General. El hecho es más que un simbolismo y mera formalidad. Demasiada destrucción y muerte están atrás de ese primer paso por el reconocimiento internacional a un país unificado.

Si en cualquier lugar las nociones de unidad se asumen proverbiales, en Siria, luego de casi catorce años de guerra, son una urgente y sinuosa apuesta hacia el futuro.

De las comunidades en el país que aún se encuentran en negociaciones con el gobierno nacional, la drusa, quizá más que otras, no se suscribe a la homogeneidad. Sobre todo, entre sus clérigos. Los más relevantes ya se sientan en la mesa con las nuevas autoridades. Otros, reaccionan a los llamados de Tel Aviv, que instrumenta a sectores drusos en Israel, incluyendo el de liderazgos que formaron parte del régimen de Assad.

Desde las Fuerzas de Defensa de Israel se ordenó atacar posiciones del gobierno de Damasco.

Esta semana, en buena medida gracias a esa instrumentación israelí, ocurrieron nuevos choques entre fuerzas sirias y grupos drusos.

Voces en Estados Unidos quieren condicionar el levantamiento de sanciones contra un acuerdo de paz con Israel, mientras Netanyahu insiste en la partición de Siria y alienta el sectarismo que slo puede, sin importar el lado, devenir en intolerancia fanática.

La esquizofrenia política tiene un nuevo escenario que no quiere dejar a un país salir de la violencia.


  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
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