Juzgar por el tiempo ¿o por resultados?

León /

En el Congreso de Guanajuato se analiza una iniciativa de ley que busca, entre otras cosas, la reducción del tiempo de permanencia del Fiscal General del Estado en el cargo para pasar de 9 a 7 años y se da facultades al Ejecutivo para que sin necesidad de que intervenga el Poder Legislativo, pueda prescindir de sus servicios.

Me parece que este cambio es positivo pues en muchas entidades federativas la permanencia o salida de un fiscal se ha convertido más en una pugna política que en el verdadero interés de proporcionar a los ciudadanos una procuración de justicia eficaz y eficiente, pero creo que en el país, para los cargos que no son de elección popular debería de empezar a caminarse hacia la ruta de reconocer una buena labor con la permanencia en el cargo independientemente del tiempo.

No hablo de la perpetuidad en los cargos, pero existen muchos ejemplos de funcionarios de primer nivel que prueban su capacidad para desarrollar las actividades que les encomiendan que bien merecerían permanecer sin importar el cambio de partido en el poder, sino de una evaluación a conciencia del desempeño del funcionario en cuestión y de los resultados que ha dado a la población, con una medida justa equitativa y ceñida primordialmente a las labores propias del encargo señaladas por la ley.

Y es que se ha escuchado como principal motivo para la remoción del fiscal en turno en el estado de un discurso simple y llano de que “son muchos años los que lleva en el cargo” endilgando 100 por ciento al titular de la fiscalía la violencia que se vive en el estado, lo cual resulta poco justo, pues la violencia que se vive en Guanajuato, no es muy diferente a la que se vive en el país en general, y hoy no sé de un solo fiscal o procurador al que se le achaque la violencia de Chiapas, que obligó al desplazamiento de cientos de familias, o Sinaloa donde una zona de guerra no es muy diferente a las imágenes que se pueden ver de este estado del norte.

El último de los motivos insisto por los que se debe de juzgar a un funcionario público que no sea de elección popular, es el tiempo de permanencia en el cargo, pues faltamos al respeto a cientos de personas en el servicio público, que todos los días se entregan por dar lo mejor de sí a los ciudadanos. Y no solo tiene que ver con temas relacionados a la seguridad, está la salud, educación y un sinnúmero de áreas que deben ser evaluados sólo por resultados, al final el tiempo es relativo pues hay quienes pueden no llevar ni meses en el encargo y “ya es mucho tiempo” de permanencia en el puesto.


  • Miguel Ángel Puértolas
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