El sábado tuve la oportunidad de acudir a la toma de posesión del gobernador Alejandro Armenta Mier, donde fue arropado por gobernadores, líderes empresariales, de partidos políticos en un acto donde hizo una serie de compromisos.
Llamó la atención la cantidad de menciones que hizo a su antecesor Sergio Salomón Céspedes, a quien calificó como un funcionario entregado y quien en dos años hizo mucho por el estado.
También fue políticamente correcto al citar, aunque fuera una sola ocasión, al extinto Luis Miguel Barbosa, quien abrió brecha para la llegada de la Cuarta Transformación a Puebla.
En la cuarta fila, discreta se encontraba la diputada federal y viuda de Barbosa, doña Rosario Orozco, quien de ser la protagonista en el pasado reciente, ahora pasó inadvertida entre la multitud que acudió al evento.
En su mensaje Armenta hizo compromisos con la sustentabilidad, el desarrollo económico, el turismo, pero sobre todo con la seguridad, que es una de las demandas más sentidas de los poblanos, ante la ola de asesinatos y asaltos en las últimas semanas.
De hecho ayer domingo, en su segundo día de mandato, entregó 50 nuevas unidades a la Secretaría de Seguridad Pública, y refrendó la coordinación con el titular a nivel nacional Omar García Harfuch, para consolidar el anhelo de paz y tranquilidad de los ciudadanos.
En ese contexto, había anunciado también la creación de la Policía Turística, debido a que una gran parte de los ingresos a nuestro estado provienen de ese sector, y con ello pretenden seguir impulsando esa actividad en los 217 municipios.
Sin duda el tema de la inseguridad es la principal preocupación de los poblanos, porque deben empezar por reconocer que la actuación de las corporaciones no ha sido la más efectiva, y prueba de ello son los elevados índices delictivos.
La llegada de Armenta al gobierno estatal representa una gran oportunidad para ajustar la estrategia de seguridad, porque en los últimos meses de Céspedes se dedicaron a cerrar obras, y los grupos delincuenciales aprovecharon algunos vacíos de poder en algunas zonas del estado como Tehuacán.
De ahí la importancia de tener un Fiscal con la fuerza y la dedicación que le faltaron a Gilberto Higuera.