Poco a poco están desapareciendo las afirmaciones emitidas al calor de las campañas políticas. Aparecen, para sustituirlas o aun para contradecirlas, otras afirmaciones mesuradas, algunos nuevos plazos para sustituir a los presumidos en campaña. ¿Recuerdan aquello de “en quince minutos arregló el zapatismo”? Quizá no. Sin embargo, lo de “abrazos y no balazos” con el crimen organizado está presente, ahora por su fracaso total. Abrazos muchísimos, balazos poquísimos. ¿Resultados? Una tendencia al alza del crimen organizado hoy insoportable. No se diga de la disposición nacional de gasolina refinada en aquel lugar llamado, increíblemente atinado, “Tres Bocas”. Las bocas se llenaron de palabras y el petróleo refinado se quedó abajo.
Político sin promesas no consigue votos. Un gobernante ya elegido estira los plazos, restringe los resultados, pide gastar más impuestos en sus promesas incumplidas y al final, da las gracias por que no nos atrevimos a darle las gracias antes del fracaso, y aun después.
No es fácil tampoco asegurar como único carácter de las promesas incumplidas, su índole electorero. Todo plan puede encontrar nuevas circunstancias no previstas, o variaciones en factores sin control de la política. Sin embargo, todavía no hay político mexicano capaz de reconocer la equivocación cometida al prometer algo incumplible de origen o por circunstancias y supuestos cambiantes. Enfrentar las promesas como incumplibles total o parcialmente, es hoy todavía, la muerte política del político. “No fue capaz siquiera de dorar la píldora: alargar los plazos, cambiar los montos, variar los resultados esperados y cien formas más de salir bien librado del fracaso, ese que “sólo es una táctica de nuestros adversarios, enemigos de la transformación”.
¿Cómo podemos saber los mexicanos la verdad de los datos y de cuáles son los verdaderos datos? No es fácil. Todo dato oficial tiene una pintura leve o tosca a fin de hacerla aceptable por la población al menos de un porcentaje de personas que a los demás les parezca verosímil. Recordemos la encuesta popular para saber la opinión del pueblo sobre la cancelación del aeropuerto de Texcoco. El pueblo bueno votó que se cancelara: 7% de personas buenas.
Bien. ¿Podemos esperar una modificación en el proceder del gobierno? En el discurso no mucho. En la realidad sí. El discurso será (es) hagan lo que puedan con lo que les toque. Jalisco: Tienes para restaurar un puente de una carretera federal. Eso sí: la colaboración entre gobiernos y partidos será ejemplar. Municipios de Jalisco son 126. Quitemos a los 9 metropolitanos que se cuece aparte. Quedan 117 y si se juntan de tres en tres serán 39 proyectos multi - municipales para mostrar que en Jalisco saben colaborar e inventar modo de sacar agua de las piedras. Ánimo. ¿Querían colaborar? ¡Órale ¡A pegarle! Además, va a disminuir la corrupción en las obras, pues 3 pares de ojos están como águilas vigilando se aplique bien el presupuesto y no haya tranzas. De buenas intenciones está pavimentado el camino a la “cuarta”. En tres años pueblo y gobierno les estará agradecido.
Bien, lo anterior es una mirada nada convencida de los cambios de fondo en la cultura política de partidos, políticos y pueblo interesado. Hoy esta mirada se puede contradecir con el discurso de la 4T y sus huestes… esperemos a 2027 y veremos qué quedó de este esfuerzo verbal de darle autenticidad a la propuesta morenista y cuáles fueron los ejercicios, los hechos y los actos de la NO trasformación ante los sucesos: ¿Verán? ¿Pelearán? ¿Se aprovecharán de lo que salga mal? ¿O por fin harán en seis años un análisis del país, su complejidad y sus oportunidades para hacer una verdadera revolución del siglo XXI? Veremos.