Estamos a unos días de que se llegue la “fecha histórica”, en la que, además, nos convertiremos en “el país más democrático” del mundo, así que no es así como así y es mejor tomarlo muy en serio. Parece que la discusión actual se centra no tanto en los posibles candidatos a puestos de la Judicatura, y vaya que son cientos y cientos, sino en si finalmente la gente acudirá a las urnas, Se escuchan más comentarios en desfavor de votar que en ir a las casillas con este calor. La verdad, solamente prevalece la idea de que hay algunos aspirantes más que amarrados a ministros de la Suprema Corte (o ministras con “a”), y párele de contar. Los más interesados son los de Morena, claro, y ellos a duras penas están trabajando muy duro en hacer el acarreo final (perdón, la convocatoria), que los políticos llaman usualmente “movilización”, ya que materialmente sacan a la gente de sus casas, a base de algún incentivo y hasta con amenazas (¡te vas a quedar sin tu pensión bienestar!, por ejemplo), de manera que acudan y voten.
En cuanto a la equidad, es absolutamente falso que exista. Lenia Batres dio ya un evidente ejemplo con sus mensajes desde el averiado buque “Cuauhtémoc”. ¿Tendrán todos los aspirantes equipos proselitistas en Nueva York para enviar videos, etcétera? Esto, independientemente del pésimo gusto de hacer campaña aprovechando una situación de tragedia y el enojo que no disimuló la presidenta por el desagradable actuar de una de sus “favoritas” para la SCJ. ¿Cómo andarán las cosas que las favoritas tienen como mejor prospecto a la abogada plagiaria de tesis Yasmin Esquivel? Ni qué decir de la más fiel seguidora obradorista, Loretta Ortiz Ahlf. Y eso que han venido poco a poco popularizando las mencionadas (sobre todo las dos “punteras” que a la vez son las menos calificadas aunque sí las “favoritas del profesor”, quizá por estar más expuestas a la imagen pública, principalmente por el cargo, por sus abiertamente descaradas inclinaciones partidistas (Morena, desde luego) y por constituirse todavía como la “oposición” dentro de la STJ y por sus continuos embates del régimen contra la aún presidenta Norma Piña.
Sin embargo, puedes elegir entre unos cuantos para “ministro”, con “a” o sin ella, no parece una tarea en extremo complicada. La mayoría de los esfuerzos del gobierno están centrados en lograr una mayoría en el pleno de la Corte, eso es lo verdaderamente importante. Lo peor es que es precisamente lo que amenaza con suceder pues las fichas del Ejecutivo y Legislativo, además de las susodichas mencionadas y algunos más de otros incondicionales, están puestos en el tapete de los para que sí o sí, el partido en el poder logre dominar y controlar la SCJ, cosa que evitará que el titular en turno del trono de Palacio pueda despacharse las leyes a diestra y siniestra su mejor parecer. Es decir, el absolutismo total que ahora tendrá ropaje de democracia. Nos hará pensar en que Vargas Llosa se quedó bastante corto con lo de la “dictadura perfecta”, para en lo sucesivo la más depurada dictadura.
Hace unas semanas atrás comentábamos que lo que sí se convierte en galimatías en enfrentar el resto de las categorías en la elección, la paridad de género y todo lo que se les ocurrió en la nueva “reforma”. Los anuncios del INE, honestamente más para párvulos que para gente pensante, son lo peor de lo imaginable. Una joven apenas rebasando la adolescencia, no deja de sonreír con entusiasmo, le da toda clase de lecciones a los adultos, a quienes alegra tanto ser informados por ella, en cuanto al perfil de los candidatos (estos sí por montones) que, se los aseguramos, nadie se pondrá a ver uno por uno ya que al caso nadie de ellos se mantendrá en la mente del elector al momento del voto. La única forma será o sería tomar nota de uno por uno, hacer una especie de acordeón y aplicarlo al votar para que no se olviden. La sospecha viene, hay que decirlo, en si dicho “acordeón” será más bien preparado por otros -como los acarreadores- solícitos partidistas que de nueva cuenta harán de las suyas como les dé la gana. Usted apúntele y ya, quizá les dirán otra cantaleta de que más vale no arriesgar su pensión.
Van a decir que sería contradictorio invitar a la gente a votar con todo lo anterior. No, no es la intención andar reventando elecciones. Los partidos opositores también tienen su cuerda y en el fondo son culpables del desgarriate en que no se puede negar en lo que han convertido por años el Poder Judicial desde hace mucho tiempo. Más bien lo importante es, en verdad, que llegaran los mejores o los que sean de su sincera preferencia. Si va a votar, hágalo por aquellos que lo merezcan y no por los que quiere el gobierno y su partido. Si no, ¿para que vota? Yo, en realidad, aún lo estoy pensando.