No hay plazo que no se cumpla. A inicios del mes de febrero, en este mismo espacio, dije que al pie del Colosal, el macromural que la comunidad bautizó como El ave de los sueños, en el marco de la iniciativa La Campana-Altamira, le echaríamos montón a un proyecto de reconstrucción del tejido social, que por el impacto social que tendrá, me roba el aliento. Me explico.
En 2021, David Garza, presidente ejecutivo del Tec de Monterrey, participó en la Cumbre de Davos, donde pactó con la Edison Alliance sumarse al reto sacar de la brecha digital a mil millones de personas. Dado que el compromiso fue que para fines de 2025, el Tec abonaría a esta cifra 500 mil personas, ni tardos ni perezosos nos pusimos manos a la obra, ya que en México hay más de 45 millones de personas que carecen de competencias digitales básicas y otros 25 millones más que no tienen acceso a internet.
El tema no es menor, ya que la brecha digital, como hemos venido explicando en algunos foros, limita la comunicación a distancia, reduce las posibilidades para aprender y estudiar en línea, estrecha las oportunidades laborales, impide el acceso a información útil y a una serie de servicios digitales básicos.
Aunque son varias las vías para reducir la brecha, como mínimo resulta ineludible llevar a cabo tres acciones básicas: posibilitar el acceso a la tecnología, alfabetizar en el universo de lo digital y desarrollar competencias para que las personas puedan generar conocimientos que mejoren su vida en lo personal, lo escolar y lo laboral.
Así, gracias a una alianza estratégica con Dell Technologies, Computer Aid y UKG, a principios de 2024 comenzamos la construcción de Oasis, un laboratorio solar comunitario adaptado a un par de contenedores de barco, equipados con tecnología, conexión a internet y alimentados por energía solar, que tiene como propósito ofrecer educación y servicios que impulsen el desarrollo local y generen nuevas oportunidades para la comunidad de La Campana-Altamira.
Aunque la emoción me embriaga, sé que este Oasis (tal como lo bautizó la comunidad) no tiene la capacidad de sacar de la brecha digital a las más de 25 mil personas que viven en la comunidad, pero también sé que este primer paso era decisivo y hoy se ha vuelto un ejemplo que puede ser extrapolado a miles de espacios, donde la brecha digital ha causado graves estragos.