Chiapas ha sido históricamente tierra de contrastes: rica en biodiversidad, pero empobrecida en infraestructura; fértil en suelos, pero con casi nulo acceso a mercados internacionales. Sin embargo, gracias al reciente establecimiento de los Polos de Desarrollo Tapachula I y II, el interés por la sostenibilidad alimentaria y el nuevo mapa de la producción agrícola global. Chiapas podría posicionarse como el granero de Asia… si se siembra con estrategia y visión.
Con más de 7 millones de hectáreas agrícolas, climas diversos, y más de 6 mil especies de flora, Chiapas tiene potencial para producir alimentos de alta demanda en mercados asiáticos: café, cacao fino, mango ataulfo, plátano, caña de azúcar, aguacate, papaya, pimienta, vainilla, miel y maíz blanco de alta calidad.
Pero no solo es la variedad lo que importa. Asia, especialmente China, India, Japón, Corea del Sur y los países del Sudeste Asiático— está viviendo un fenómeno económico, demográfico y climático que los empuja a buscar proveedores confiables de alimentos en zonas seguras y sostenibles, como América Latina. Aquí es donde Chiapas entra como actor clave.
Asia no puede producir todo lo que consume En países como Japón, Corea del Sur y Singapur, más del 70% de los alimentos se importan. En China, a pesar de sus grandes extensiones, la degradación del suelo y la escasez de agua dulce están afectando cultivos clave. India tiene una enorme demanda interna que supera su capacidad de exportación agrícola. En resumen: Asia necesita importar más y mejor.
Chiapas, en cambio, tiene suelo volcánico rico, lluvia abundante y clima tropical ideal para una agricultura orgánica y de alto valor comercial. Ya existen experiencias exitosas: el mango chiapaneco ya entra a Japón, el café se cotiza en Suiza y Alemania, y el cacao fino es solicitado por chocolateros belgas.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y la modernización del puerto de Puerto Chiapas representan oportunidades logísticas sin precedentes. Con la mejora de carreteras, puertos y aduanas, productos perecederos de Chiapas podrían llegar a Shanghái o Singapur en menos de 20 días por barco, o en 48 horas vía aérea desde aeropuertos como el de Tuxtla Gutiérrez o Tapachula.
Sumado a esto, los tratados de libre comercio de México con países de Asia-Pacífico (como el CPTPP) reducen aranceles y abren las puertas a nuevos compradores que buscan calidad, trazabilidad y precios competitivos.
Para que Chiapas se convierta en el granero de Asia, México necesita actuar con inteligencia estratégica, alianzas público-privadas y diplomacia comercial. Aquí algunas claves:
1. Infraestructura e innovación
• Riego tecnificado.
• Logística en frío para exportaciones.
• Certificaciones internacionales de inocuidad y sostenibilidad.
2. Asociación con pequeños productores
• Fortalecer cooperativas.
• Capacitación en prácticas agroecológicas.
• Acceso a financiamiento justo.
3. Alianzas con Asia
• Misiones comerciales a países clave.
• Convenios de compra directa con distribuidores asiáticos.
• Participación activa en ferias agroalimentarias internacionales.
La licitación de los Polos Tapachula I y II presenta, junto con sus ventajas fiscales, la inversión de empresas especializadas en agroparques. Esta inversión puede gozar de las sinergias de empresas para-estatales chiapanecas, que tienen conocimiento de la infraestructura y organización agrícola Mexicana.