Algunos estados de nuestro país, como es el caso de Morelos, están en alerta por el dengue. No existe sobre el planeta animal más letal para el ser humano, ni más fácil de exterminar, que el mosquito. Laboratorios médicos y Bill Gates han entablado una lucha contra el responsable del dengue, la malaria, el zika y tantas, tantas enfermedades por él transmitidas. O más bien por ella, pues son las hembras las que requieren sangre para su ciclo reproductivo.
En el municipio de Xochitepec, Morelos, las autoridades han llegado a tocar puerta casa por casa para verificar que no existan contenedores de agua estancada: el lugar natal del mosquito. Bastaría con evitar el agua estancada y no solo evitarla, sino tomar una postura activa: no permitir que se estanque el agua.
Pero como bien sabemos, en cuanto la solución depende de acciones humanas, lo más fácil se torna… ¡lo más difícil! Del descuido al egoísmo, existe toda una gama de actitudes irresponsables que conducen a las tan temidas plagas de dengue y de otras enfermedades. Este tipo de situaciones requiere de la participación de las comunidades unidas más allá del beneficio personal: la comunidad unida debe luchar por el bien común.
En un país como el nuestro, mantener estancamientos acuíferos de modo intencional es casi terrorismo, implica una responsabilidad moral, ética y legal, que debe ser señalada a nivel ético y castigada a nivel legal porque aquella persona que lo hace está provocando la enfermedad y hasta la muerte de otros.
Siempre he sostenido que educación, educación y más educación es lo que hace falta. Pero lamentablemente debo aceptar que también el derecho punitivo tiene en este caso un lugar importante.
Felicidades al municipio de Xochitepec, ojalá no afloje y sirva de ejemplo a todos los estados de la República Mexicana.