Ser mujer (Tercera y última parte)

Ciudad de México /

Hoy en día la movilidad en los roles genéricos debiera ser incuestionable para erradicar la violencia de género en cualquiera de sus formas. Hoy reconocemos diversas formas de agresión que van desde las casi invisibles hasta las más grotescas, y sabemos que aún la más leve puede ser el punto de arranque a una situación de peligro.

Desde algo tan nimio como imponer el uso de zapatos de tacón a las mujeres en una oficina, hasta la llamada “sobreexplicación masculina”, han dejado de ser cuestiones señaladas solo por intelectuales. Más bien gracias a mujeres estudiosas y activas, ahora todas sabemos que existe un problema, y ese es el primer paso. El siguiente e inmediato, es lograr que los hombres lo vean, porque juntos hemos conformado esta estructura social.

Pero pedirle a un rey que deje de reinar, es una cuestión peliaguda. El movimiento “HeforShe” pretendió abordar esta cuestión de hombre a hombre: hombres que hablaran por las mujeres en el lenguaje de los hombres, casi, casi, “a ver si así entienden”. Pero no, la verdad es que no logró mayor cosa. Quizá sea necesario que el hombre comprenda que liberar a la mujer, finalmente le libera a él mismo. Graciela Hierro decía que la liberación de la mujer conlleva la liberación del hombre, de las niñas y de los niños, porque todo cambia en una sociedad que libera a sus esclavas.

De modo que el siguiente paso es enseñar al hombre los indudables beneficios de su propia liberación: ser humano pleno en lugar de ser un mero macho; ser completo, en lugar de ser parte. Dejar de ser proveedor por ley: esa no es una cuestión de hombres en la misma medida en que criar hijos no es cuestión de mujeres: los roles son móviles, las responsabilidades son compartidas, no es necesario atarse a patrones establecidos. Ese conocimiento, es liberador. Solo así podemos comprender el verdadero significado de la palabra “pareja”. Los compañeros, las compañeras, son parejas, no disparejas.

Una pareja requiere romper los antaño inamovibles patrones de género, para disfrutar del verdadero amor y la verdadera libertad.


  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
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