El diccionario dice que "inspirar" significa "infundir o hacer nacer en el ánimo o la mente afectos, ideas, designios, etc." Conviene detenernos un momento a reflexionar sobre qué es lo que nos inspira o debería inspirar las acciones humanas en el campo social y, más específicamente, en el campo político, donde muchas veces nos parece que se pierde el rumbo.
Ante todo debería nacer en el ánimo de todos el deseo de colaborar con el bien común, es decir, extender nuestros buenos deseos más allá del campo puramente individual e, incluso, más allá de lo familiar, sin que de ninguna manera estos campos se excluyan. Se trata de desear el bien para la comunidad política (que no es lo mismo que los políticos) en diversos niveles, por decir, el municipio, el estado, el país, el mundo. Pero un deseo verdadero se caracteriza por las acciones que suscita y, por lo mismo, significa que al deseo por el bien común corresponden acciones de servicio que contribuyen al mismo, según la capacidad de cada quien.
Otra fuente de inspiración se encontraría en la búsqueda de la justicia, con un énfasis en los casos de quienes se encuentran en situaciones más serias de sufrimiento por causas diversas, como la pobreza o la violencia. Una sólida base para ello es la promoción de una cultura de solidaridad, que permita reconocer la semejanza y los vínculos que existen entre todos los seres humanos, desde el primer momento de la existencia de cada uno.
Una de los azotes más lacerantes contra personas y comunidades son las graves formas de violencia que se manifiestan abundantemente en nuestro tiempo y en muchos lugares, también en nuestro país. Ciertamente la promoción del respeto a las leyes, la búsqueda del diálogo y de la paz, pero también el buen uso de la fuerza pública cuando ésto es necesario, deberían generar deseos y acciones tanto de los ciudadanos como de las autoridades.
En la implementación de proyectos sociales y políticos inspirados en la búsqueda del bien común, de la justicia y de la paz, sin duda juega un importante papel el aspecto "técnico", por así llamarlo, de cada uno de los problemas. La elaboración amplia de esos proyectos a nivel de las autoridades requiere sin duda la aportación de quienes están preparados para ello, pero a veces se olvida que la cuestión técnica no basta si se olvida el aspecto moral que este tipo de proyectos supone. Que nuestros deseos y propósitos para este año cuenten con una buena inspiración.