En la Liguilla de la Liga Mx estamos viendo lo que se antojaba imposible, la manipulación absolutamente interesada de una herramienta tecnológica que se creó para aplicar justicia deportiva.
Sí, hablo del VAR, el sistema de revisión de jugadas de marcación dudosa.
La noche del domingo pasado en el partido entre los Tigres y el Necaxa, literalmente a falta de dos minutos para que este juego terminara, se registró un gol que ponía el 2-2 en el marcador con el que pasaba a la semifinal el equipo local. El juez de línea sin embargo le indicó al árbitro central que había visto una falta y el gol debería de anularse. Uno entendió al ver la repetición que ofreció la televisión que pasaba el enfrentamiento, que el delantero Nicolás Ibáñez pateó al portero Luis Unsain.
Y esa imagen, repetida en varias ocasiones, no dejaba ninguna duda. No obstante, el árbitro que había anulado el gol fue llamado a que revisara toda la jugada en la pantalla colocada para ello a un costado de la cancha.
Y aquí es en donde se da la descarada manipulación ordenada vaya a usted a saber por quién. Resulta que al árbitro le pusieron a revisar las acciones previas y posteriores a esa falta de Ibáñez. El momento de la falta del delantero al portero apenas se la pusieron y con fallas técnicas que no permitieron que se viera con claridad. Al menos eso es lo que vimos quienes estábamos atentos al televisor.
Que se equivoquen los árbitros del VAR y el juez central en su revisión de jugadas claro que lo hemos visto. Pero lo que nunca, al menos yo había visto, es que no se le pusiera a plenitud y con claridad la imagen que generó la polémica.
Así las cosas en la Liga Mx.
Las consecuencias. Pasó a la semifinal uno de los equipos más poderosos económicamente de la Liga, los Tigres. Y quedó fuera una de las cenicientas del torneo, sin influencia ni poder.