La noticia no es que el América se encuentre en la Final del futbol mexicano. Es el equipo campeón y el que más alto nivel competitivo ha alcanzado en el presente torneo. Esto no es una abstracción: fue el número uno de la tabla general en la fase regular.
Pese a algunos altibajos, el plantel dirigido por el brasileño André Jardine tiene un balance impecable entre jóvenes y veteranos, lo mismo entre jugadores mexicanos y extranjeros. Cuenta con un equipo titular muy bien identificado y con recambios atractivos producto de un banquillo repleto también de figuras.
Cuenta, para completar el cuadro, con un director técnico tan pasional como inteligente. Jardine sabe leer al rival y concentrar recursos para nulificarlo, al mismo tiempo que dispone de valores suficientes para hacerle daño.
El América es incuestionablemente favorito para quedarse con el título en la Final que lo enfrentará al sorprendente Cruz Azul.
Hablando de La Máquina lo mejor que tienen es a su entrenador Martín Anselmi. Llegado al futbol nacional para este torneo, el argentino ha logrado implementar, con mucha claridad, un estilo de juego muy bien definido. Se trata de un equipo valiente, solidario, comprometido en el esfuerzo y arriesgado, con un creciente dominio del juego colectivo.
Pero a Anselmi le hacen falta más jugadores de calidad, sobre todo en la zona de ataque. Perdieron a las primeras de cambio a Gabriel Toro Fernández, llamado a ser el goleador. Tampoco cuentan con un mediocampista ofensivo de jerarquía.
Pero el Cruz Azul cuenta con un factor que en el futbol pesa. Es un valor relativamente abstracto, más ligado al ánimo, a la suerte, a la buena vibra. Este equipo ha logrado una confianza espectacular, entre sus integrantes y en sus seguidores.
Esto cuenta en el futbol profesional y por eso, pese a la objetiva condición de favorito del América, nadie puede entregar el título antes de que se juegue.