El Presidente de la Federación Mexicana de Charrería (FMCH), Salvador Barajas del Toro, lleva 6 meses operando y coordinando la parte administrativa, deportiva, social y cultural del único Deporte que nació en México.
Por su arraigo e identidad nacional, la Charrería Federada ha trascendido fronteras, ya que se encuentra incrustada, organizada y federada en 18 estados de la Unión Americana, lo que sin lugar a dudas hace de este deporte toda una representación que debe ser tratada con respeto, honestidad y prontitud, reconociendo sus antecedentes históricos que han estado presentes durante varias generaciones, ya que según dicen, ser charro es tener un estilo de vida diferente.
Bajo este contexto, el arribo de Barajas del Toro a esta Federación despertó una gran expectativa, una gran esperanza de que se retome el camino institucional y el camino de la legalidad estatutaria para organizar los torneos oficiales, y con ello, el reconocimiento a todos los participantes que calificaron para el Congreso y Campeonato Nacional de cada año.
Todo esto porque veníamos de un cuatrienio fatal para la charrería organizada, ya que Toñote, como entonces Presidente (2020-2024), no únicamente se sirvió con la cuchara grande, sino con el cucharón del pozole (dijera Gil Gamés, compañero de páginas de Milenio), pues en su administración día a día se vio como se destruía, como se agredía y se arremetía en cada uno de los postulados básicos que le dan vida a este noble deporte.
Por todo esto, Barajas del Toro, como Presidente electo y siendo “Candidato Único”, mas no de unidad, llegó con una gran esperanza, esperanza a la que no se le está dando sustento, donde las fallas y la falta de información están despertando una molestia e inconformidad muy generalizada, desde la Unión Americana, hasta todo el país, porque se ve a un Comisario que ha permanecido ausente, un Comisario que hasta hoy día ha sido omiso en cumplir y hacer cumplir lo más esencial que marcan los estatutos, al no exigir la presentación de la Auditoría Externa para informar en qué condiciones se recibió a esta Federación, y al no exigir este trámite, se está cayendo en una complicidad que es sinónimo de corrupción.
Es muy lamentable lo que se está viviendo, pero la cereza del pastel viene a recaer en los Presidentes de Unión de Asociaciones Charras (PUA’s) de cada estado, personajes que fueron electos por medio del voto en cada una de sus entidades, quienes se encontraron con un panorama incierto al haberlos dejado sin los ingresos que durante muchos años se destinaban para los gastos más apremiantes de su organización, ingresos que están contemplados en los estatutos de esta Federación, y que, sin previo aviso, se les suprimió.
Los PUA’s son representantes de cada una de sus entidades y son electos para defender y buscar las mejores condicionas posibles para la práctica de este deporte, sin embargo, lamentablemente hoy en día han sido omisos en su función y solo se han presentado en las Juntas Nacionales para ser complacientes con la administración actual.
Aún quedan más de 3 años de la gestión de Salvador Barajas (2024–2028), tiempo suficiente para hacer de la FMCH una institución de respeto, con valores y, sobre todo, siendo equitativo con cada una de las diferentes categorías y modalidades, donde cada uno de los puestos de la Dirigencia Nacional, asuma su responsabilidad como lo propusieron desde la campaña para llegar a dirigir a este Deporte Federado, es muy buen momento para que Salvador Barajas enderece el barco y sea recordado como uno de los Presidentes que lucho por nuestro Deporte Nacional.
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