Un voto consumó el desastre

Ciudad de México /

En el mausoleo reciente de las traiciones democráticas había dos nombres inscritos con letras doradas, ayer se sumó uno más.

El primero fue el del senador Miguel Ángel Yunes, cuyo voto hizo posible la aprobación, en el Congreso de la Unión, de la abominable reforma judicial. El segundo en la lista es el del ministro Alberto Pérez Dayán, quien entregó a la Suprema Corte a las fauces voraces de la demolición.

A este selecto grupo sorpresivamente se sumó este domingo la consejera electoral Carla Humphrey, quien optó por respaldar el fraude cometido contra los comicios judiciales.

La última sesión del Consejo General del INE será citada en los libros dedicados a relatar la historia de México.

Cinco personas consejeras pidieron declarar como no válida la elección judicial, contra otras seis que optaron por respaldar lo indefendible. Al segundo grupo poco le importó la obligación que tenían sus integrantes para velar por la integridad del voto. A este respecto, no dejaron margen para poner en duda los argumentos exhibidos magistralmente por Arturo Castillo, Martin Faz, Diana Ravel, Jaime Rivera y Claudia Zavala.

La distribución generalizada de guías de votación, mejor conocidas como “acordeones”, tuvo dos consecuencias nefastas: el empleo de propaganda prohibida por la Constitución y la manipulación inadmisible del voto.

Castillo lo dijo sin ambigüedades: el resultado de la elección únicamente se puede explicar por el uso masivo de esas guías. Faz fue más lejos cuando razonó que “para ganar había que aparecer en un determinado acordeón… ya que, de otra manera, no podría explicarse por qué, a pesar de la imposibilidad estadística, en seis de cada 10 casillas el voto fue prácticamente idéntico”.

La autoridad electoral debió haber declarado como no válida la elección, por lo menos de aquí a que se resolvieran las innumerables dudas e ilegalidades del proceso. Esta era la única manera de fijar un precedente para que, de cara al futuro, la inequidad, el acarreo, la inducción y la coacción sean conjurados.

Sin embargo, como en los casos de Yunes y Pérez Dayán, un solo voto bastó para decretar como irrelevante el cúmulo grandísimo de anormalidades.

Zoom: Carla Humphrey ganó ayer un lugar destacado en las filas del oficialismo, al tiempo que extravió para siempre el sitio que antes tuvo como partidaria de la democracia.


  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.