La tentación autoritaria II

Ciudad de México /

Estados Unidos parece estar viviendo una reedición parcial de las elecciones mexicanas. Con pocas excepciones, la prensa y la ciudadanía tratan a ambos candidatos punteros de iguales, es decir, como dos opciones parejas, progresista una y conservadora la otra —donde el mote de “conservador” que se aplican a sí mismos los favoritos de López Obrador, los Republicanos seguidores de Trump, es asumido como gran virtud; cosas veredes—, o como dos modos de entender la vida pública dentro de los cánones institucionales en pie desde la firma de la Constitución gringa en 1787.

Así, los 88 cargos criminales contra Trump; su culpabilidad demostrada como agresor sexual, estafador y defraudador; su franca simpatía por dictadores salvajes; su complacencia ante los más retrógradas fundamentalismos evangélicos; su incapacidad de hilar dos frases coherentes; su aversión por la verdad; su redondo desprecio por la ciencia y la inteligencia y, como cereza en el pastel, su negativa a aceptar los resultados de las elecciones cuando no le favorecen, habiendo intentado revertir el mandato popular con lujo de violencia, son contrapunteados como taras equivalentes a, digamos, los tartamudeos de Biden.

La diferencia es que las consecuencias tóxicas del voto de los dinosaurios mexicanos por el meteorito guinda las vamos a sentir principalmente entre el Bravo y el Suchiate, mientras que si Trump se hace una segunda vez del poder el mundo entero se puede ir despidiendo del orden que, con todas sus verrugas, ha fomentado las condiciones para que gran parte de la humanidad alcance una prosperidad sin igual a partir de la Segunda Guerra Mundial.

¿Les gusta Europa? Pues sin nadie que lo detenga y con el debilitamiento de la OTAN jurado por el agente naranja Putin se comerá no solo a Ucrania sino, por la violencia o por la instalación mañosa en los poderes locales de lacayos a modo, como en Hungría y Bielorrusia, a todos los países que antes fueron soviéticos. Para empezar.

¿Les enchina la piel el recuerdo de las dictaduras latinoamericanas como las de Noriega, Pinochet o Videla? Pues prepárense para su resurrección, que los gorilas favoritos de la Casa Blanca van a tener carta blanca como nunca desde los años 50 y 60. ¿Quieren liderazgo y acciones concertadas que nos garanticen protocolos, paliativos y remedios eficientes si vuelve a haber una epidemia como el covid u otro desastre global de similar calado? Buena suerte, que los científicos leales a MAGA van a recetarnos a todos ivermectina sabor fresa. ¿Atesoran los derechos humanos, la libertad de pensamiento y expresión, la igualdad, el Estado de Derecho y la democracia como modelos primarios del mundo civilizado? Si nada de eso está en la Biblia, o si no lo avalan los predicadores en la capellanía de la presidencia, piden demasiado.

Ya veremos si, a diferencia de la ceguera cívica hoy tan de moda en el resto del planeta, un Estados Unidos debilitado y dividido se alza a la altura de las circunstancias. Mientras, de aquí a noviembre yo voy a vivir con los tanates en la garganta.


  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Milenio (Milenio Monterrey y Milenio Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Milenio Diario con su columna Artículo mortis
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