El Liverpool le pasó por encima al Madrid. En algún momento escribí que el único equipo del universo que se mantenía incontestablemente en la cima, desafiando las leyes que rigen los destinos de los comunes mortales, era precisamente el conjunto merengue.
Vamos, hasta el Bayern de Múnich, que parece tener un certificado emitido por los dioses del balompié para colocarse una y otra vez a la cabeza de la Bundesliga, comenzó a derrumbarse en los últimos tiempos, así sea que esté reviviendo ahora para volver a redorar sus blasones.
El tema es el siguiente: con todo y que el formato de la Champions League ha cambiado y que un equipo que termine en el vigésimo cuarto lugar de la primera ronda pueda todavía coronarse como el mismísimo campeón de la suprema competencia futbolística mundial, el hecho es que el Madrid se encuentra, en estos momentos, en esa mismísima posición de la tabla general. Nada glorioso, para un club que es considerado el mejor de todos los que juegan en este planeta.
Lo cual nos lleva a una comparación, con el perdón de quienes no comulgan con la cofradía de doña Liga MX: así como el Real Madrid termina por alzar el trofeo de esa portentosa competición, los seguidores del Club de Fútbol América S.A. de C.V. –entre los que no me encuentro porque, lo digo y lo repito, soy Chiva— pretenden, desde hace ya algún rato, que los de Coapa también conquistan las Liguillas al final, aunque no hayan sido los mejores en el torneo regular y que otros equipos sean mucho más merecedores, por méritos propios, del título.
Son bravatas de aficionados arrogantes, presumidos, engreídos, alzados, altaneros, jactanciosos y altivos, entre otras cosas, pero, qué caray, luego de la lastimosa actuación de ayer de los choriceros del Toluca –que iban de favoritos, a mi entender— (y, hay que reconocerlo, del estupendo fútbol qué desplegaron los americanistas), resulta que las aspiraciones de esa gente de conquistar tres trofeos al hilo no parecen ya tan ilusorias.
Lo cual nos retuerce el hígado a todos los demás, desde ya, antes de que ocurra tan fastidioso e irritante desenlace.
Digo, ¿se cuelan esos tales americanistas de última hora al torneo corto y comienzan a ganar partidos y los demás se achican y el resultado final es que son campeones?
No puede ser, no hay justicia en este mundo, oigan…