Con la novedad de que China es la que sale ganando

Ciudad de México /

El nuevo orden es el caos. Los gobernantes del planeta entero están teniendo que aguantar los bruscos arrebatos de un sujeto permanentemente embelesado con su persona y empeñado, por ello mismo, en ser el primer y único protagonista de la vida pública.

No ha habido día, desde que el señor se aupara a la silla presidencial, en que haya dejado de figurar en las noticias en su condición de gran provocador: desplantes, petulancias, groserías, desvergüenzas y asperezas han sido el sello de la casa en todo momento, pero no se trata únicamente de una cuestión de estilo —así sea que en política la forma sea fondo, como se dice— sino que el hombre ha entrado en acción: tarifas, tarifas y tarifas —su palabra favorita, como ha siempre avisado— y, luego, tres pasos para atrás, aranceles otra vez, una segunda rectificación, radical subida del primer tributo, tercera retractación temporal, nuevas tasas, etcétera, etcétera, y así hasta sembrar una total incertidumbre en los mercados.

Por lo pronto, luego de la última tregua de 90 días magnánimamente decretada, las decisiones de los inversores sobre nuevos proyectos y planes estratégicos están, pues sí, congeladas durante… 90 días.

Tres meses enteros al cabo de los cuales no podemos saber todavía el desenlace y si las llamadas “tarifas recíprocas” (calculadas, además, arbitraria y mentirosamente) van a aplicarse, ahora sí, de manera definitiva o si los países directamente afectados —aquellos que, en palabras de Trump, se agolpan, suplicantes, para “besarle el trasero” y librarse del castigo— habrán logrado rentabilizar su humillante sometimiento.

China, miren ustedes, que debería de ser la única nación merecedora de las penalidades en tanto que practica un exitosísimo capitalismo de Estado y ya comercia con el mundo más que los propios Estados Unidos, no tiene en lo absoluto el propósito de arrodillarse ante el supremo bully. Es más, está siendo la primerísima beneficiaria de que el sañudo presidente de los Estados Unidos se haya agenciado una universal animadversión al buscar pleito con todos: aparece, de pronto, como un socio confiable, más allá de que cuente con recursos para plantarle cara al agresor en una guerra tan tonta. No figuraba este desenlace en el guion de la Casa Blanca, pero…


  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
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