¿Otros tres meses de incertidumbre?

Ciudad de México /

Lanzar advertencias y amenazas; poner luego tarifas para castigar a los países que exportan productos a Estados Unidos; subir esas tasas hasta niveles que equivalen a un embargo puro y duro; reducir poco después los aumentos recién aplicados; volver a incrementar los aranceles; disminuirlos de nuevo tras unas obligadas negociaciones; establecer un plazo –una suerte de período de gracia— en espera de… ¿otro mazazo arancelario? ¿Un acuerdo definitivo? ¿Un pacto depredador? ¿Una apabullante derrota de la parte contraria?

¿Qué locura es ésta? ¿Cómo es posible que el mundo esté funcionando así en estos momentos? Y, sobre todo, ¿por qué un solo individuo, un intransigente aprendiz de déspota, puede ejercer tamañas atribuciones hasta el punto de ponerlo todo de cabeza?

Los designios de Hitler eran siniestros y el sujeto terminó sembrando muerte, destrucción y dolor en todo un continente. No nos encontramos ahora en una circunstancia comparable pero es verdaderamente inquietante la figura del autócrata que arremete contra los jueces, que maneja el miedo como una herramienta para silenciar las voces del Partido Republicano que puedan cuestionar sus procederes, que coloca a incondicionales suyos en los cargos que aseguran el equilibrio entre los poderes gubernamentales, que dinamita los organismos públicos y que avisa de capturas de otros territorios.

Fue elegido por el pueblo, es cierto, pero así, precisamente así es como los populistas de todas las proveniencias llegan hoy al poder para, una vez al mando, comenzar la demolición del orden establecido y acumular cada vez mayores dominios personales, por no hablar de que su propósito supremo, en tanto que carecen totalmente de principios y escrúpulos, es el enriquecimiento.

Por ahí va el tema, señoras y señores, y muchos estudiosos señalan ya que nunca ha habido, en toda la historia de nuestro vecino país, un gobernante más corrupto, por más que Ulysses Grant, Warren Harding y Andrew Johnson, entre otros, no hayan tenido precisamente la mejor reputación.

En fin, más allá de las apetencias por el sustancioso botín, la incertidumbre sigue: los desmesurados aranceles aplicados por Trump a las exportaciones chinas van a reducirse a una tasa de 30 puntos porcentuales durante tres meses. ¿Y, después, otra vez la misma historia?


  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
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