No hay nada más “político” en el sentido de ejercicio del poder legítimo, legal o predominante, que la definición de las fronteras de aceptabilidad de una comunidad la cual establece, con algún poder de su lado, cuándo existe una amenaza a la seguridad nacional o pública o alguna sombra contra la colectividad desde la cual se habla.
Si política es procurar el bienestar de una comunidad vinculada a la propuesta de igualdad, las mejores enseñanzas en cuanto a quiénes somos respecto de otras y otros las generan la presidenta Claudia Sheinbaum y la jefa de Gobierno, Clara Brugada, al cuestionar las nociones contra aspectos de la vida nacional y local provenientes, en un caso, de Estados Unidos, y en otro, de quienes atentan contra la integridad de las personas con la extorsión y el homicidio doloso asociado a organismos delictivos de alta peligrosidad operando en la CdMx.
Cómo se determina una amenaza, por ejemplo, el “terrorismo”, es más consecuencia de una valoración técnico-política de altísima discrecionalidad que evaluación objetiva o científica. Y la plataforma más aceptable es la instituida a partir de una comunidad defensora de la ley y la interacción pacífica.
Nueva Orleans, sede del próximo Super Bowl, fue sorprendida con el asesinato de 15 personas atropelladas por un ex militar estadunidense; Las Vegas se cimbra al estallar un vehículo; Nueva York teme ante un tiroteo nocturno. A más de 3 mil 500 kilómetros, en Tabasco, hay ataques a comercios.
En mi tesis doctoral de hace 20 años en Essex, “Insurgencies and National Security in Mexico: the role of hegemony”, sostengo la viabilidad política de situar a la caprichosa, arbitraria, discrecionalidad de la Princesa o el Príncipe como la variable predominante para detonar la agenda de riesgos antes que una valoración celestialmente perfecta y ajena a impurezas de la renacentista razón de Estado. Sigue vigente. La princesa en México es la comunidad de las izquierdas y sus mejores adherentes.
Delante podremos debatir lo demagógico, pero no fuera de la realpolitik de Donald Trump o cualquier gobernante. Mientras, la comunidad desea más seguridad que reflexiones al inicio del año. Ante la pirotecnia estúpida de un Tesla, la pirotecnia de la acción operativa… o argumentativa.