Trump la hace y las mujeres la pagan. Eso parece estar sucediendo en estos tiempos de amenazas arancelarias.
De acuerdo con diferentes artículos, los productos para mujeres son los que se encuentran en mayor riesgo de tener aumento de precio debido a los berrinches arancelarios del magnate.
Aunque suene incoherente, desde los productos de higiene íntima hasta los juguetes dirigidos a niñas se encuentran entre los productos de consumo con mayor probabilidad de elevar su ya de por sí elevado costo debido a la fiebre tarifaria.
Pero honestidad obliga. Los aranceles no son otra cosa que la cereza del pastel. Pues los productos para mujeres ya cuestan más por el hecho de ser para mujeres, y el arancel no hará otra cosa que inflarlos aún más.
De acuerdo con Jennifer Weiss-Wolf, quien es editorialista y defensora de temas de género y política en Estados Unidos, en un artículo publicado en The Contrarian, el término "impuesto rosa" se refiere a la fijación de precios basada en el género, lo cual no es sino una especulación de precios. Y esto no tiene que ver con supuestos o teorías conspiranoicas sino que Weiss-Wolf lo valida incluso con documentos gubernamentales.
Prueba de ello son dos informes federales de protección al consumidor que documentan la prevalencia de esta práctica, ambos publicados en 2018 durante el primer gobierno de Trump: el de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EU, "Diferencias de precios relacionadas con el género en bienes y servicios”; y el de la excongresista estadunidense Carolyn Maloney, "Ganar menos, pagar más: El estado de la brecha salarial de género y el 'impuesto rosa' en 2018".
¿Cuáles son los productos que más aumentan de precio cuando son dirigidos para mujeres? Encabezando la lista se encuentran los juguetes, bicicletas y patinetas dirigidos a niñas. Los artículos de aseo de manera similar: el champú dirigido a mujeres (hablando de los que solo cambian el empaque por uno rosa o agregan el término “lady” sin variar sus ingredientes) puede costar casi un 50 % más que si estuvieran en envases de color azul marino.Lo mismo ocurre con los artículos de afeitado (maquinillas de afeitar, cartuchos y cremas), así como con la loción corporal y el desodorante.
California y Nueva York han aprobado leyes para prevenir algunas formas de discriminación de precios por género; pero los intentos de impulsar una ley federal de derogación del impuesto rosa , introducida por última vez en 2024, a la fecha no ha sido aprobada.
Y esta historia se repite en la ropa: las tasas arancelarias promedio para la ropa de mujer son del 16.7%, en comparación con el 13.6 % para la de hombre.
Parece mentira que las brechas entre hombres y mujeres funcionan de forma inversamente proporcional: los hombres tienen posibilidad de ganar más por el hecho de serlo y las ventajas que llevan en los procesos de crianza, pero son beneficiados con pagar menos por lo que compran, a la inversa de las mujeres, que ganamos menos y pagamos mas.
Al parecer, la vida en rosa no es cosa de mujeres, sino de hombres.