Nadie puede negar que, con la productora Argos, Epigmenio Ibarra y su equipo cambiaron el melodrama para siempre y para bien en la televisión mexicana de los años 90.
Es de impacto pensar que Angélica Aragón ya era la “mujer mayor” cuando a sus 44 años interpretó a María Inés. Es aún más interesante (para no decir devastador) pensar lo escandaloso que era la idea de que un hombre más joven la deseara de regreso.
Pero nadie está hablando de eso, y de cómo se manejará con las susceptibilidades actuales, con el anuncio oficial de que la ex primera dama de México vuelve a las telenovelas para contar una nueva versión de esta misma historia. La verdad es que es imposible no detenernos a tratar de asimilar lo que sea que quiera decir que la ex esposa de Enrique Peña Nieto, el último presidente del PRI, esté trabajando con una de las voces más críticas de ese régimen como lo es Epigmenio Ibarra (o al menos su productora). Pero debo confesar que me encanta la idea, porque independientemente de las motivaciones de todos, algo de la realidad permeará en el cómo recibiremos la historia ahora. Y vaya que eso será todo un viaje.
Para ser honestos hay que aceptar que el regreso en sí de La Gaviota a la pantalla tras todo lo que ha pasado es posiblemente la mejor historia melodramática que se podría contar de por sí. Y vaya que Vix está sabiendo tomar nuestros temas de interés común para crear historias encima de las historias. No puedo más que admitir un profundo interés, que no sé si es morbo o fascinación, respecto a lo que va a pasar en todos los niveles con esta aventura con más lecturas que un TvNotas envuelto en la sección política de un diario de izquierda abandonado en el metro un día cualquiera.