Desde que apareció causando caos en el Superbowl, a los fans de Stitch (el amigo de Lilo) nos emocionó la idea de ver cómo harían esta versión semi live action de uno de los personajes más entrañables de principio de siglo de Disney. Sí, pasaron ya 23 años de esa animación que continuó la bella tradición de amistad entre niños y alienígenas en el cine, y francamente no es algo que pueda pasar de moda si se hace bien.
Como el próximo jueves decidieron poner a competir frontalmente a Misión Imposible 8 con Lilo y Stitch Live Action, y ya que venimos saliendo de un fin de semana llenó del personaje de Disney, permítanme contarles con qué se van a encontrar en las salas cuando vean a este alíen azul en un formato híbrido entre actores y CGI. Hagámoslo ahora, porque ya viene Tom Cruise en camino y va a estar difícil desviar la atención de él en los próximos días. Nada contra la encantadora Maia Kealoha quien interpreta a Lilo, pero su mascota, ¿perro?, alíen y familia se lleva la atención de todo en la película. De hecho, es tan divertido el diseño, las expresiones y las reacciones del personaje que en ocasiones los humanos salen sobrando un poco. Pero Ohana significa familia y a mi parecer, cumplen con la parte emocional de la cinta también.
En momentos todo parecía como extraído de una serie de Star Wars con esporádicas apariciones de un personaje que seguro se le escapó de una puerta a Monsters Inc. En la mañana, por cierto, corrimos una carrera de 10 km y de ahí la premiere, así que se podrán imaginar la alegre sobredosis del personaje que traemos, pero valió la pena.
Sé que muchos compiten por ver quién se enoja más con los live action, pero eso no va a ocurrir aquí. Confieso que hasta unas lagrimitas me sacó al final y nunca está de más un soundtrack lleno de Elvis. No sé si soy el público objetivo, pero me gustó.